Por: Alexandra Ivanova
¿Es posible cumplir un sueño que parece una idea descabellada?
¿Y crear un grupo artístico autosostenible y que se convirtiera en la primera empresa en el cantón, que brinde los servicios culturales a otras comunidades?
¿O tal vez, encontrar una nueva oportunidad en los tiempos cuando la situación en el mundo entero da un giro inesperado y los sueños rotos se encuentran casi en cada esquina?
De todo esto y más conversamos con Selene Jiménez, artista, gestora cultural, fundadora del grupo de teatro Prisma e impulsora de Pulpería Virtual, la empresa que ha ayudado a cientos de personas a obtener su diario sin salir de su casa y a muchos productores locales a llegar al consumidor.
La Cima de Río Nuevo, una comunidad ubicada en una de las zonas montañosas de Pérez Zeledón, fue el pueblo que vio nacer a esta mujer emprendedora. Desde niña, Selene Jiménez Valverde optó no solo por soñar, sino por buscar un camino a la realización de sus sueños.
¿Cómo empezó todo?
“Desde muy joven, de 17 años de edad, empecé a ensayar en el Complejo Cultural con un grupo de teatro que había en aquel momento. Aquellos tiempos eran la florescencia de teatro en Pérez Zeledón. Luego me independicé y decidí continuar con el teatro.
Participé en diferentes puestas en escena con otros directores de la región y de San José. Anduvimos de gira muchas veces con las obras del Ministerio de Educación Pública, basadas en la lectura obligatoria, entre ellas, “Única mirando al mar” y “El Moto”.
Muchos años después me “asenté” en Pérez Zeledón y fundé el grupo artístico Prisma en el año 2006. Por este grupo de teatro ha pasado una gran cantidad de personas, más que todo, los jóvenes. Llegaban ahí por varias razones, tanto por aprender como para tener un espacio para compartir con otros adolescentes y hacer amistades. Hacíamos obras de contenido social.”
¿Quiénes fueron sus maestros de teatro en el Complejo Cultural?
“Empecé a ensayar con Francisco Hidalgo, también trabajé con Arturo Barboza. Después llegaron varios directores a dar capacitaciones y se crearon varios colectivos. Entre ellos estuvo Carlos Bermúdez, quien fue el profesor del Liceo UNESCO.
Trabajábamos mucho en grupos y teníamos una gran responsabilidad sobre el Complejo Cultural, para que estuviera siempre activo, por lo que se mantenían las obras recurrentes. Antes se presentaban más obras de teatro en el Complejo Cultural, había temporadas completas de presentaciones.
También se hacían presentaciones en el anfiteatro del Hospital que fue la cuna del teatro en Pérez Zeledón. Siempre vacilábamos con esto, que el teatro nace en el Hospital de Pérez Zeledón.”
¿Cómo nació el movimiento de teatro en el Hospital Escalante Pradilla?
“Todo empezó gracias al Dr. Iván Moreno Rampani en los años 80. En aquel entonces yo aún era un “cachorro” en esto, pero escuchábamos a las personas que trabajaron con estos pioneros, así como Mariana León, Francisco Hidalgo y Arturo Barboza. Ellos trabajaban con el Dr. Rampani en un grupo de teatro denominado García Lorca, donde solo se presentaban las obras de este autor español.”
¿Qué proyectos artísticos ha tenido además de Grupo Prisma?
“También soy pintora y trabajo en artes plásticas. Hemos estado trabajando con diferentes grupos creando murales y es lo que me llevó a la gestión cultural. Normalmente, los artistas amamos lo que hacemos, pero la gestión cultural a veces es muy flojita y no siempre recibimos los presupuestos para poder desarrollar nuestra actividad.
Desde el 2011 yo fui la primera persona en registrar una empresa cultural en la Región Brunca y la tercera persona en el país. Empezamos a vender los servicios culturales a las comunidades y al inicio parecía algo descabellado.
Si ahora se asume que el arte tiene que ser gratuito, hace varios años era todavía peor. La gestión cultural me dio una oportunidad muy importante.”
¿Qué obstáculos ha tenido que superar para hacer realidad una empresa de servicios culturales?
“Estaba recién divorciada, me despidieron del trabajo y tenía problemas emocionales pues debido a esta situación sentía que el mundo se acaba. En medio de esto llegó una amiga y me dijo: “Sé que usted no cree mucho en Dios, pero nosotros venimos a este mundo con todo lo que necesitamos. Nada más piense para qué fue hecha”. Yo pensé que ella tenía su vida hecha y que era fácil opinar para una persona que tenía un trabajo, un esposo y una familia. Pero nunca desperdicio un consejo y siempre lo analizo.
Pasé la noche pensando y decidí ir a preguntar si todo lo que hacía antes, me lo pagarían. Llegué, me acerqué a la compañera de la Municipalidad, Irsa González (q. P. d.) y le hice esta pregunta. Me contestó que tenía que formalizar el proyecto. No sabía de qué tenía que empezar, pero fui a San José y estuve ahí durante 3 días, recibí una capacitación y así ingresé en el Sistema Integrado de Compras Públicas.
Estuve vendiendo mis servicios al Ministerio de Cultura en el campo de producción cultural y aproveché este presupuesto que no era muy grande, para realizar la gestión cultural. Así logramos muchas cosas importantes junto a mi compañera de aquel entonces, Karol Montero, una persona que aportó mucho a la Oficina del Ministerio de Cultura de Pérez Zeledón.
En el año 2019 presentamos una obra de teatro de corte histórico, escrita por mí y denominada “Mujeres de la Región Brunca”, a base de las obras de varios autores. Teníamos que realizar la gira el año pasado, pero la pandemia nos detuvo.”
La Pulpería Virtual ha sido una de las empresas resilientes del cantón, que han funcionado en los tiempos de pandemia y lo sigue haciendo. ¿Cómo ha sido la historia de este emprendimiento?
“Desde octubre del 2019 estoy trabajando con la cooperativa ECOS R.L. – la Empresa Cooperativa Autogestionaria de Servicios Profesionales. Empezamos a desarrollar una unidad productiva, denominada Pulpería Virtual. Es un espacio donde los productores locales pueden colocar sus productos y servicios. Facilitamos las ventas a través de la página web.
Iniciamos este proceso en la sala de la casa de mi compañera y con muchas ganas de crecer. Ha sido una oportunidad de crecimiento para nosotras, pero también una responsabilidad más. Por ello, creamos un centro empresarial donde todas las unidades de la cooperativa se reúnen para trabajar. También ofrecemos nuestros servicios mediante las ferias de trueque.”
¿En algún momento pensó dejar la actividad artística?
“Muchas veces pensé que lo iba a dejar y me parecía que esto no tenía sentido, si no había retribución económica. Pero el artista trabaja también por muchas otras razones, sobre todo, llevando un mensaje educativo y social.
Nunca se me olvida cuando nos declararon por la primera vez el país más feliz del mundo y llegué al grupo totalmente indignada. Me senté en el piso donde estaban los estudiantes de teatro y me preguntaron: “¿Qué le pasa, profe?” y dije que estaba muy enojada. “¿A quién le preguntaron? A mí no”. Así decidimos hacer una obra de este tema, ya que muchas personas no estaban de acuerdo con que éramos el país más feliz del mundo.
Sin tratar de ser negativos, empezamos a ver qué nos hacía el país más feliz del mundo y qué no. La conclusión es reconocer que en este momento no lo somos, pero podemos llegar a serlo.
El problema de muchos costarricenses es que el “pura vida” nos mata. A veces el tico va cayéndose a un hueco y si le preguntan cómo está, responde con alegría que “pura vida”. Por ello, el índice de felicidad no puede generalizar a todos.
Por otro lado, la frustración que ha generado la pandemia en todo el mundo, está reventando en este momento. El índice de suicidios ha subido, lo mismo que el de la depresión y estamos enfrentando muchas cosas a la vez, entre ellos, los problemas económicos y la limitación para salir.
Sin embargo, también veo el lado positivo a la pandemia, ya que hicimos un gran salto a la virtualidad que nos ha costado por lo menos 15 años, ya que no estábamos adaptados para esta forma de estudiar y trabajar. También es una oportunidad para los artistas. Mientras tanto, en medio de la pandemia, la Pulpería Virtual cumplió un año de fundación.”
¿Ha recibido algunos estudios específicos en Gestión Cultural?
“Siempre recibí capacitaciones en los entes gubernamentales, organizaciones sociales y agrupaciones internacionales, ya que las oportunidades hay que buscarlas. Creo que he sido una de las personas privilegiadas para vivir el cambio, porque desde que estaba en el colegio, estudié computación. Sin embargo, la modernidad va cambiando muchos conceptos y hay que estar en el constante aprendizaje.
La pulpería es un ejemplo muy claro, porque sí soy artista, pero tuve que aprender a usar los programas de facturación y el manejo de sitio web, aunque no soy una experta en ello.
También estudié la Gestión Cultural en México y Chile a través de las plataformas virtuales y ha sido una experiencia muy interesante.”
¿Qué diría a las personas que están pasando por una situación difícil?
“Antes que todo, que busquen a las personas que les apoyen. En este momento más que nunca, pese al virus, tenemos que estar unidos, ya que somos seres colectivos y nuestra especie ha evolucionado gracias a la colectividad. Aunque cada persona tiene su individualidad, tenemos que trabajar en común pues somos tribus, somos familias, somos grupos.
Tengo mi pareja, mi familia y mis amigos. La colectividad tiene que ver con las personas que una persona escoge y es importante que sean positivas, pero a la vez sinceras para decirle a uno si tiene algo que cambiar.
Una persona que siempre dice que sí, tampoco aporta nada, ya que es necesario ver a qué hay que decir que sí y a qué no.
Para ganarme el sustento, trabajé en una ferretería, en limpieza de pisos, también tengo un certificado en desinfección hospitalaria y trabajé en el Hospital Escalante Pradilla. Además, fui cocinera y la cocina es otro oficio que me encanta. Por ello, siempre digo a mis alumnos que todo lo que uno aprende en esta vida, en algún momento lo va a usar, sea limpiar, planchar o cocinar. También fui a coger café.
Creo que no hay trabajos demasiado humildes, ya que en este mundo hay que ser capaz de dormir en el suelo y dormir en un hotel de cinco estrellas.”
¿Cómo el Grupo Prisma ha enfrentado la pandemia?
“Como grupo hemos sufrido unas bajas, ya que varios integrantes salieron del país y se fueron a sus países de origen. Las personas de otros países fueron una de las riquezas que teníamos en nuestra agrupación. Esperemos que la pandemia pase y todos regresen.
También estamos trabajando en un proyecto divertido, un canal de TikTok, creando publicaciones y aprendiendo a usar esta herramienta. Es muy difícil crear un contenido interesante entre tanta información que abunda en el mundo virtual, pero continuamos trabajando y seguimos en contacto por medio de las redes sociales.”