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Susana Solís: una guerrera con alas de Morpho

October 27, 2023

Por Alexandra Ivanova/Josué Cascante

Hacer lo imposible. Muchas personas pronuncian esta frase en los momentos difíciles, cuando tienen que hacer frente a las adversidades. No obstante, Susana Solís Castro ha sido un ejemplo de cómo las cosas que parecieran imposibles se hacen realidad.

Al lado de esta joven carismática y radiante, muchas personas se contagian con su energía y espíritu luchador. Por haber nacido con un problema de salud congénita, Susana nunca ha podido caminar y se moviliza en una silla de ruedas. Aun así, ha logrado superar las barreras tanto físicas como mentales, ayudando a otras personas que lo necesiten y cumpliendo sus propios sueños.

Muchos generaleños conocen a Susana como la activista del Movimiento de Personas con Discapacidad. También es abogada y representante del Proyecto Morpho que ayuda a personas con discapacidad. Este año Susana cumplió uno de los mayores sueños de su vida – ser mamá. De los retos que enfrenta una mujer con discapacidad en Costa Rica, la posibilidad de vivir la vida plena, la maternidad, el desarrollo profesional y la unidad familiar, Susana conversó con la Revista Pasacalles.

¿Cómo ha sido este camino de una niña con discapacidad a una adolescente con discapacidad?

En primer lugar, creo que el gran apoyo que me ha dado mi familia ha sido fundamental, sobre todo, el apoyo de mis padres y mis hermanos, para que yo pudiera desarrollarme de forma activa dentro de la comunidad, porque ellos siempre me incluyeron, trataron de que yo me incluyera en todo. Por ello, me llevaron a una escuela regular y me matricularon en un kinder regular. Entonces, yo creo que, desde ahí, desde este apoyo, ellos me estimularon mucho.

También me llevaban mucho a terapia, para que pudiera tener una mejor calidad de vida y trataron de incluirme en todos en todos los espacios. Esto fue una bendición para mí, este apoyo que mi familia me ha dado desde el principio.

Siento que, a algunas personas con discapacidad, más bien las quieren dejar en la casa, sin dejarles que salgan, no obstante, mi familia siempre hizo el esfuerzo para que yo pudiera estudiar, para que yo pudiera salir adelante por mis propios medios y hasta me impulsaron a que fuera a la universidad.

Creo que también en la etapa de la adolescencia, a los 18 años de edad, el conocer el proyecto Morpho. El Movimiento de Vida Independiente me cambió la vida, ya que me dio muchas oportunidades de empoderamiento. Ha sido muy importante, porque a pesar de que mi familia siempre me apoyó en todo, crecí con ideas muy equivocadas sobre lo que era tener una discapacidad, por lo que uno escucha allá afuera: “Ay, pobrecita”, cuando me veían en el centro y yo decía: “¿Pero por qué pobrecita?” Entonces, uno crece diciendo que “pobrecita yo”, que lo que yo tengo es algo malo. Participar en el Movimiento de Vida Independiente me cambió esta visión de lo que era tener una discapacidad, la propia visión que yo tenía sobre mí.

¿Cómo ha sido su experiencia de estar en el preescolar y en el colegio?

En realidad, crecí en un ambiente lleno de personas sin discapacidad. Quizá por eso crecí pensando que tener una discapacidad era algo malo, porque no conocía a otras personas en esta situación.

En la escuela y en el colegio nunca me discriminaron, mis compañeros siempre me incluyeron en las actividades, por ello, no puedo decir que recibí discriminación alguna, porque no fue así, y siempre tuve amigos.

Lo que no hacía era salir mucho, no lo podía hacer porque el entorno no era accesible o porque salía solo con mis papás. Tal vez estaba muy sobreprotegida desde siempre, pero sí tenía amigos en la escuela y en el colegio.

¿Qué caracterizaba a las personas que fueron sus amigos? ¿Hay algo especial que las distinguía de otras personas?

Hasta el día de hoy yo conservo mis amigos de aquellos tiempos. Creo que lo que los distingue, antes que todo, es la lealtad. Definitivamente, desde los tiempos de la escuela, han sido las personas que nunca se fijaron en mi discapacidad, nunca me discriminaron y siempre se han fijado en Susana como persona. Por eso, tenían que ser personas muy leales y de buen corazón, y hasta el día de hoy siguen siendo tan leales que conservo amistades desde la escuela.

¿Y cómo hacía cuando en la escuela o el colegio hacían ciertas actividades donde había que participar y usted estaba en silla de ruedas?

Lo único en que no pude participar fue en educación física, porque no existía un programa y desconozco si existe algún programa con las actividades donde puedan participar personas en silla de ruedas, pero creo que era en lo único en lo que no podía participar… Bueno, tampoco en los actos cívicos y en los bailes, aunque ahora he visto que a los niños con discapacidad los incluyen, quizás sea una diferencia de antes y ahora, pero en todo lo demás mis maestros y mis compañeros siempre me incluyeron.

¿Cómo ha sido todo en la universidad? ¿Le ha costado mucho cumplir con toda la carrera desde el inicio?

En la universidad tuve el apoyo de mi papá, él fue quien prácticamente me ayudó a terminar mis estudios, y también en la universidad me dieron una beca, aunque no era completa. Mi papá siempre me apoyó con lo que faltaba.  Nunca tuve problemas en la universidad gracias a la beca. Por otro lado, la universidad era accesible y eso me ayudó bastante.

Asistí a la UMCA (Universidad Castro Carazo – Revista Pasacalles), en aquel tiempo estaba en las instalaciones del Colegio Técnico Profesional, por las noches, y todo el personal fue maravilloso conmigo.

¿Usted fue la única estudiante con discapacidad?

Sí, creo que en aquel momento yo fui la única estudiante con discapacidad. Todos fueron muy buenos compañeros conmigo e hice amistades que también aún conservo, todo marchó maravillosamente en la universidad. En el 2015 defendí mi tesis y en el 2016 me incorporé en el Colegio de Abogados.

Ahora ya es mamá de una niña que se llama María Celeste. ¿Qué sintió en el momento de recibir la noticia de que estaba embarazada?

Sentí mucha felicidad, pero también miedo, ya que son dos cosas que sienten las mujeres que van a tener un bebé, sienten al mismo tiempo felicidad porque lo han deseado, bueno, yo toda mi vida soñé con ser mamá, este era el sueño más grande de mi vida.

Cuando yo empecé a tener los síntomas del embarazo, de una vez fui al médico a hacerme el examen de sangre.

Cuando el médico me dio la noticia, para mí fue una gran alegría, pero también mucho miedo, mucha expectativa de cómo sería todo. Pero lo enfrenté con mucha fe en Dios, porque yo sentía en mi corazón que, si Dios me estaba dando la oportunidad de concebir, era porque todo iba a salir de la mejor manera.

Recuerdo que el médico me dijo: “¿Está feliz?” – con una cara de sorprendido - porque me imagino que él también sabía que podía ser un poquito complicado por la razón de mi discapacidad, y yo le dije: “¡Sí, estoy muy feliz!” Ya no pude esconder la cara de felicidad en ese momento, y, a partir de ahí me pasaron a alto riesgo con los ginecólogos del hospital y ellos me trataron de lo más bien. Yo no tengo quejas en cuanto a actitud de los ginecólogos, enfermeros y enfermeras que me atendieron, todo fue maravilloso.

Lo único que me dejó mal sabor fue el acceso físico a todos los servicios, porque los consultorios no eran accesibles y eran muy pequeños.

También recuerdo que, en la primera consulta con el médico general, cuando ya me iban a referir a alto riesgo, las primeras indicaciones las recibí con la puerta abierta porque el lugar donde yo iba a entrar con la silla de ruedas no permitía que la puerta cerrara. Por ello, casi no pude escuchar las primeras indicaciones que me dio la enfermera, porque la puerta estaba abierta y había mucho ruido afuera. Eso no fue porque la silla de ruedas era grande, sino porque el consultorio era pequeño.

Desde aquel momento, empecé a enfrentar barreras físicas, muchas barreras físicas. Ya cuando me refirieron al ginecólogo en alto riesgo, llegué y la cama era inmensamente alta, muy alta, que ni siquiera sé cómo una mujer que no tenga discapacidad pueda subirse ahí, y de una mujer con discapacidad ni hablar… Yo dije: “Cómo voy a hacer cuando me tengan que revisar en esta cama, porque es muy alta y yo no voy a poder pasarme ahí, yo no puedo ponerme de pie, y el médico no podía hacer nada, porque el equipo no es parte de su competencia. Entonces, lo que hice fue poner una queja en la Defensoría de los Habitantes con copia al CONAPDIS, para que hicieran algo con respecto al espacio físico del consultorio de ginecología donde me iban a ver de ese momento en adelante. Para la otra cita, ya la cama era accesible, una cama baja que se reclinaba, por lo que sirvió de mucho la queja.

Reitero que la actitud de todos fue maravillosa, me asesoraron muy bien de los cuidados que debía tener, ya que debí tener mucho reposo y, además de eso, siempre estuvieron en total disposición de atenderme en cualquier momento, aunque no tuviera cita, solamente que llegara y tocara la puerta en cualquier situación que tuviera que enfrentar.

¿Qué sintió cuando vio a la bebé en el momento en que se la entregaron?

Yo vi a María Celeste dos horas después de que nació, porque me durmieron completamente y me pasaron a recuperación y luego me llevaron al cuartito donde me tenían. Luego me la llevaron y fue una emoción grande, el sueño de toda mi vida hecho realidad, y estaba bien de salud.

Cuando yo me desperté le di muchas gracias a Dios por estar viva, porque sabía de los riesgos que tenía la cirujía y de inmediato pregunté a la enfermera sobre María Celeste. Me dijo que estaba muy bien, muy linda y saludable y que dentro de un momento me la traerían. Ya cuando me la trajeron, fue una alegría verla y saber que de verdad estaba bien, aunque ya me habían dicho que estaba bien, yo esperaba con muchas ansias poder verla.

Ha sido una mezcla de emociones; alegría, miedo por todo lo que se viene por delante, de toda la responsabilidad que es. Para mí como madre soltera, es doble la responsabilidad en el sentido económico y afectivo, pero con alegría, con mucho compromiso y agradecimiento a Dios la tomaría.

No es una carga, es una responsabilidad, pero todas las madres la llevamos y con gran alegría de que Dios me dio el privilegio de ser madre.

¿Cómo ha sido la experiencia de la lactancia materna y de todos los cuidados de la bebé para una mujer con discapacidad?

 Al principio yo tenía mucho miedo, sobre todo, en cuanto a las posiciones en la silla de ruedas para poder darle de mamar a mi bebé, pero hasta el momento, aunque ha sido un reto, vamos lográndolo junto con la Clínica de Lactancia del Hospital Esclante Pradilla. Ellos me han apoyado y asesorado mucho en cuanto a los cuidados que debo tener y de las posiciones que existen y que podrían servirme.

Ya conforme como he ido creciendo en el proceso, he tenido muchas citas con ellos y, cuando Celeste empieza a comer, será la última cita. Estoy muy agradecida con la clínica por apoyarme tanto, y al final no costó tanto como me lo imaginé. Pero sí hay mucha presión social, en cuanto a que las personas le dicen a uno que si es muy cansado para mí, que si sé que existe Fórmula y que podría darle este producto, y yo digo que, aunque es cansado para todas las mujeres, con o sin discapacidad, la etapa de lactancia (de hecho, es lo más cansado que he tenido que enfrentar) yo lo hago con amor. Yo creo que dar de mamar es también un acto de amor y respeto a las mujeres que deciden no hacerlo y toda mi admiración a las que no pueden hacerlo porque sé que, aunque todas quisiéramos, algunas no lo logran. Entonces yo dije: “Bueno, sí va a ser cansado, pero yo quiero intentarlo” y hasta el momento, ya son 5 meses y no he dejado de dejarle lactancia materna a Celeste y así pienso seguir.

Conforme ella vaya creciendo, creo que debo adoptar otras maneras para poder hacerlo en silla de ruedas o en la cama, adaptándolo a mis necesidades como mujer con discapacidad, pero espero no dejar de darle la lactancia materna a Celeste tanto tiempo cuanto lo necesite.

¿Quién le está ayudando con los quehaceres domésticos?

Lo hacen mis asistentes. Gracias a Dios, cuento con el servicio de asistencia personal brindado por el CONAPDIS y, aunque ahora se me hacen cortas las horas de asistencia comparando con el tiempo de antes, cuando no tenía la responsabilidad de ser mamá, ellos me apoyan bastante. Gracias a Dios, yo sigo la asistencia de personal a través de Morpho. Ellos siempre se preocupan por capacitar asistentes personales con mucha vocación, les incentiva mucho el sentido de servicio, de que el trabajo que ellos realizan es muy digno y de mucho compromiso, entonces, ellos me han apoyado, a veces con horas voluntarias, que es algo que agradezco siempre.

Valoro mucho la oportunidad de hacer públicamente el agradecimiento a las asistentes personales, porque gracias a ellas puedo llevar a cabo mi labor de ser madre. Si no hubiera tenido asistencia personal, creo que no hubiera podido incursionar en esta nueva experiencia, porque sí necesito del apoyo.

Por otro lado, ahora vivo con mi mamá y ella me apoya mucho. Mas bien, cuál abuelita no pasa enamorada de su nieta, más cuando recién nace. Ella tiene un gran amor por María Celeste, yo se lo agradezco muchísimo. Ella siempre ha estado acompañándome en este proceso y sé que tanto yo como María Celeste siempre estaremos agradecidas.

¿Cuáles son las pequeñas alegrías que tiene? ¿Qué le da alegría y qué la relaja y llena de paz, qué le ayuda a distraerse?

En realidad, no tengo mucho tiempo libre, porque mi vida está dedicada desde hace 11 años al activismo en el Movimiento de Personas con Discapacidad. Pero precisamente, pienso que esto es lo que me da vida, el poder trabajar por las personas con discapacidad, servir desde el movimiento en los servicios que brindamos desde Morpho, creo que esto ha sido hasta el momento lo que ha dado el sentido a mi vida. Estoy en una situación de discapacidad porque Dios permitió que esto fuera así, pues porque a través de mi discapacidad iba a hacer grandes cosas e iba a dar testimonio, como lo es ahora el de ser mamá.

Hasta ahora hay mucho tabú en la sociedad, al decir que las mujeres con discapacidad no podemos ser mamás, no podemos tener familia, no podemos tener una relación de pareja, pero este pensamiento se ha ido rompiendo. Todo esto me hace muy feliz y, como cualquier mujer, soy muy coqueta, me gusta mucho maquillarme (aunque actualmente casi no me maquillo tanto por el tema de ser madre, ya que muchas cosas cambian), ir de compras e ir al cine.

Actualmente me siento muy feliz, me siento realizada porque pude cumplir el sueño de ser mamá y esto ha traído mucha felicidad como lo que faltaba en mí, porque ya estaba realizada profesionalmente. También, con mi trabajo en Morpho es una gran alegría para mí, una oportunidad que Dios me dio y el de ser mamá.

Yo creo que los sueños sí se cumplen cuando nos ponemos en manos de Dios, eso es lo principal que se cumpla como Él lo quiera y para lo que Él lo quiera.

¿Recibe alguna ayuda social o económica del Gobierno?

Por el momento, recibo el subsidio de la asistencia personal.

¿Como abogada, tiene clientes privados además de Morpho?

Sí, de vez en cuando, si me sale un caso y puedo llevarlo, yo lo hago. Ahora terminé de sacar la especialidad en Derecho Notarial, en febrero del próximo año me gradúo para poder brindar mis servicios como Notaria, porque ahora que nació Celeste sí necesito tener una entradita más de dinero para poder solventar mi responsabilidad económica como mamá.

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Francisco Montoya: “Alto grado de compañerismo e identificación con la empresa nos ayudan a progresar”

November 30, 2022

Por Alexandra Ivanova/Kristel Alvarado

Hace más de 20 años cambió San Isidro de Coronado por San Isidro de El General de Pérez Zeledón, para asumir uno de los mayores retos de su vida. Hoy en día, junto a la junta directiva y todo el equipo de trabajo, ha ayudado a convertir una cooperativa local en una entidad financiera nacional que este año cumple su 50 aniversario.

Sobre los recuerdos de antaño, los desafíos del mundo cambiante, la importancia de valorar el equipo de trabajo y la específica de ser financista en una región agrícola, conversamos con el gerente general de Coopealianza R.L., Francisco Montoya Mora.

 

¿Don Francisco, desde hace cuánto Usted asumió el cargo de la gerencia general de Coopealianza R.L.?

Yo asumí la gerencia general en el mes de agosto del año 2000. Tengo un poquito más de 22 años y esto, sin duda nos llena mucho orgullo, pero también, de agradecimiento a todos los funcionarios, o sea, es un tema que nos complace poder estar y agradecer a los compañeros nuestros.

Por ello, cada diciembre, desde que asumí la gestión como gerente, vamos a cada uno de los puestos de trabajo donde están los compañeros, indispensablemente de la zona o lugar donde se ubiquen, les llegamos con un regalito de parte de la cooperativa y un agradecimiento.

El agradecimiento es estimular al trabajador y decirle que la cooperativa realmente le valora como empleado, como trabajador, le valora más todavía como persona, como ser humano.

¿Quién es Francisco Montoya? ¿Dónde nació usted?

Yo soy oriundo de San Isidro, pero, de Coronado. Tengo casi la mitad de la vida viviendo en Pérez Zeledón. Bueno, tengo un poquito menos de la mitad de mi vida, tengo casi 25 años de estar aquí por Pérez Zeledón. Llegué aquí como director interino en el año 1998.

 Espero seguir aquí, viviendo en este lugar tan maravilloso como lo es Pérez Zeledón, que nos adopta a nosotros, los que somos “extranjeros” de otras regiones y nos encanta el clima, la gente, los paisajes y el lugar, nos encanta todo, esto es prácticamente lo que hemos hecho nosotros desde que llegamos aquí, y cuando tomamos agua del río de General, pues prácticamente ya no nos queremos ir nunca más.

¿Cuánto ha cambiado San Isidro de El General desde que usted llegó hasta el momento, que hay diferente?

San Isidro de El General es un lugar que está en constante evolución y donde proliferan las oportunidades para la gente. Puedo decirte que, tal vez cuando llegué la primera vez a Pérez Zeledón, pusieron el primer semáforo, estaba ubicado donde está la tienda Unión Salvadoreña. Antes no había semáforos en Pérez Zeledón y las calles en el centro eran de lastre, no estaban asfaltadas.

Esto solo por citarte dos situaciones, Pérez Zeledón nunca le había podido ganar a Cartago en Primera División y les ganamos ese año que llegué.

Realmente ha habido muchos, muchos cambios importantes en la zona, pero lo más importante es la gente linda de Pérez Zeledón. Aquí se mantiene, como ha sido siempre, la gente leal, trabajadora, humilde, con grandes deseos de superación y, sobre todo, la gente que siempre anda buscando oportunidades.

¿Llegó acá como un auditor interno, usted estudió contabilidad?

Exactamente, yo contador público de profesión. Estaba trabajando para una firma de auditores y estaban en un proceso de reclutamiento para auditor interno de Coopealianza R.L. y ya lo habían nombrado. Sin embargo, la persona que había estado como auditor renunció sin haber ingresado a trabajar. Entonces, yo me postulé y aquí estoy, desde el 23 de marzo de 1998 y voy a cumplir 25 años, si Dios quiere, el 23 de marzo del 2023.

¿Cómo ha ido escalando los puestos hasta llegar a la gerencia general?

Pues realmente yo llegué a la gerencia, ya que pase de auditor a gerente general, tal vez en algún momento la administración decidió que yo tenía algún talento para poder ejercer el puesto de gerente y creo que lo he podido ejercer de una forma satisfactoria, pero no sólo yo.

Desde el principio hemos tenido un equipo humano y de profesionales donde todos trabajan como lo sabemos hacer todos los días, entregando el alma, vida y corazón. Es lo que ha permitido que distingamos como una cooperativa de impacto nacional, lo que nos llena de mucho orgullo.

¿Qué significa ser financista en una zona agrícola?

Creo que, más que ser financista o no en una zona agrícola, cuando te llenas de ilusión para trabajar en alguna entidad, sin depender de tu formación, tus competencias, lo más importante es poder entregar el alma, vida y corazón a una empresa, tomarla con compasión, con responsabilidad y con esmero.

También, siento que los conocimientos que uno adquiere en la universidad, son totalmente básicos cuando ya hay que compartir con los seres humanos, cuando las personas tienen necesidades distintas a las que enseñan en las aulas, cuando se requieren soluciones diferentes, cuando la gente necesita tener posibilidades de algo.

Esto es lo que hemos logrado en una empresa como Coopealianza, ya que es una empresa de propiedad colectiva, en la cual se ha logrado un equilibrio muy bueno entre la parte social y la parte financiera.

¿Qué ha sido lo más difícil para usted como gerente de una empresa como Coopealianza?

Podría decirte que lo más difícil es cuando uno ve que no se logró algún objetivo en algún momento determinado, pero lo que pasa es que creo que, cuando uno logra tener equipos de trabajo totalmente identificados con la organización, uno podría decir que no todo se hace fácil, pero es menos difícil lograrlo y hacerlo que cuando no tienes un equipo que, dichosamente, Coopealianza ha tenido.

Con la responsabilidad que usted tiene como gerente de una empresa nacional, ¿qué hace para encontrar el balance entre la vida laboral y la vida personal y familiar?

Creo que hay que tener claro un tema, por ejemplo, hoy Coopeanliza está dentro del sistema financiero nacional. De 29 entidades supervisadas por la SUGEF, Coopealianza se ubica en el puesto número 12 y a nivel de América Latina, de acuerdo con el ranking de cooperativas de la Agencia de Cooperación Alemana (ARGV), también ubicamos a Coopealianza en el puesto número 12 coincidentemente.

Yo creo que son las cosas que se van generando poco a poco. ¿Por qué? Tengo un amigo que decía que uno tenía que trabajar para vivir y que por eso uno no puede morirse trabajando. Por ello, hay que crear un equilibrio importante. Aquí tenemos alto grados de compañerismo, alto grado de identificación. Todos sabemos cuándo algún compañero necesita un pequeño empujón para que se pueda descansar un poco. Y eso es lo que hemos logrado. Ese equipo de trabajo nuestro ha permitido que todos tengamos una vida bastante equilibrada entre la parte financiera, la parte empresarial y la parte familiar.

A su criterio, ¿cuál es el problema que impide a Pérez Zeledón alcanzar los objetivos que en muchas ocasiones se han puesto en diferentes organizaciones? ¿Por qué persisten los problemas que hay en la economía local?

Creo que cada uno de los cantones tiene su propia problemática. En el caso de Pérez Zeledón, se necesita de más empresas que puedan generar más empleo. O sea, hoy hemos logrado una de las mayores ventajas en este país, ya que la pandemia nos deja una lección aprendida, que las personas pueden trabajar desde su casa o desde otro lugar que no sea donde la persona nació.

 Por ello, hay muchas personas que trabajan desde sus hogares y ha logrado mejorar una condición de vida importante y a la vez mantener el arraigo. La gente de Pérez Zeledón tiene una ventaja y es que es orgullosa de ser generaleña, de ser “pezeteña” y eso, sin duda, les ayuda. Uno podría esperar que a mediano plazo este que las personas no tengan que salir y emigrar hacia los Estados Unidos para trabajar, porque pueden emplearse en empresas fuera de Costa Rica. Pueden crecer como profesionales desde su propia casa aquí en Pérez Zeledón, sin embargo, para ello hay que estudiar y ser bilingüe.

Según el pronóstico de varios financistas y economistas, la influencia de los Estados Unidos en la región centroamericana va a aumentar a raíz de los cambios geopolíticos que se están presentado a nivel internacional. ¿Cómo cree usted, cuál va a ser el lugar de Pérez Zeledón en esta nueva realidad?

En esta nueva realidad, las autoridades de Pérez Zeledón tienen que definir cuál va a ser la ruta y la estrategia para el desarrollo del cantón. Nosotros que somos la parte del empresariado privado, como Coopealianza, que es una empresa propiedad colectiva u otras empresas que son de propiedad privada, lo que hacemos es seguir forjando oportunidades y tratando que la empresa se desarrolle. Sin embargo, sí es importante que las autoridades del cantón en algún momento puedan atraer más mano de obra.

Una de las formas de lograrlo es albergar empresas, pero creo que puede resultar más barato que antes, porque hoy estas empresas se pueden ubicar en los lugares como Pérez Zeledón, sin necesidad de construir grandes edificios. Creo que el tema de la virtualidad es importante y una de las ventajas que tiene Pérez Zeledón es que la red de Internet es de alta gama, lo que puede facilitar la atracción de inversionistas a la Zona Sur.

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Roland Spendlingwimmer: filántropo austriaco que escogió Costa Rica como su segundo hogar

October 30, 2022

Por Alexandra Ivanova/Kristel Alvarado

Nació en miles de kilómetros de Latinoamérica y muy cerca de Suiza. Sin embargo, desde hace más de 40 años su corazón pertenece a “Suiza Centroamericana”.

Economista, filántropo, luchador por los derechos humanos y activista de varios movimientos sociales y culturales, fundador de la comunidad de agricultura sostenible Longo Mai en Buenos Aires de Puntarenas y del Circo Fantazztico que ayudó a muchos jóvenes a alejarse de la calle y los vicios, lo mismo que desarrollar sus habilidades artísticas, Roland Spendlingwimmer es conocido por muchas personas, tanto en la Zona Sur como en otras regiones del país.

A pesar de las dificultades que ha tenido que enfrentar durante su trabajo en Costa Rica, nunca se ha dado por vencido y asegura que seguirá trabajando para aportar a la sociedad costarricense lo que esté dentro de su alcance.

Para concluir el Mes de las Culturas, don Roland comparte su historia con la Revista Pasacalles.

Don Roland, usted nació en Austria y ya tiene más de 40 años de vivir en Costa Rica. Cuéntenos de su infancia y de su vida en Austria.

Yo nací en una provincia en el norte de Austria, muy cerca de la frontera con la República Checa y tenía una infancia muy feliz allá, porque vivíamos en el campo y teníamos a disposición los bosques, la naturaleza, los ríos y los disfrutamos mucho. Mi mamá era muy tolerante, muy abierta, con un concepto pedagógico muy avanzado. Ella empezó a trabajar con el sistema pedagógico de Waldorf cuando en Austria solo había una profesora que inició con estas escuelas de este tipo.

¿Fue educadora su mamá?

Sí, mi mamá fue educadora. Ahí cursé la primaria y luego la segundaria, durante la secundaria con suerte me topé con profesores también de muy avanzados pensamientos filosóficos, literarios y, especialmente, el profesor de literatura y de historia a quien admiraba muchísimo. Él nos acercó al existencialismo y también a la literatura con compromiso social, así como algunos autores franceses, eso también jugó un papel muy importante en mi formación durante la juventud.

Luego, he ido descubriendo un poco la sociedad de Austria, sus cualidades e injusticias hacia algunas categorías de la población. También conocí la historia de mi pueblo y las dolorosas secuelas de la Segunda Guerra Mundial.

¿En qué año nació usted después de terminada la Segunda Guerra Mundial?

Nací en el año 1946, un año después de terminada la Segunda Guerra Mundial y conozco aquellos tiempos de las historias que contaban mis padres y mi abuelo Dominico. En aquel entonces él fue el único en el pueblito pequeñito quien votó contra la anexión de Austria a Alemania.

¿Su abuelo estaba arriesgando su vida con esta decisión?

Sí, todo el mundo en el pueblo sabía abiertamente que estaba arriesgando mucho. Por ello, yo investigué mucho sobre mi abuelo, para dar a conocer su carrera. Fue un gran constructor, ingeniero y proyectó muchas casas. No lo arrestaron, pero le quitaron la licencia de construir casas para arruinarlo económicamente.

El ejemplo de mi abuelo determinó mi vida y también, mi pensamiento ideológico y filosófico, diría yo. Cuando estaba por terminar el bachillerato, una vez me topé con un joven que estaba pintando en la calle. Entramos en conversación y me dijo que había viajado por todo Europa, estaba explorando la vida, como viven las personas en diferentes pueblos. Al poco rato llegó la policía y se lo llevó a la delegación. Yo lo acompañé y pregunté qué iban a hacer con él. En la delegación me dijeron que me quedara afuera. El joven me dijo: “No te preocupes, estoy acostumbrado a estas cosas, eso dura un tiempito y luego me van a soltar”. Esto también fue una lección para mí.  

Después de terminar el bachillerato, empecé a viajar también, este pintor callejero fue un ejemplo para mi y viajé primero a Francia, fue un sueño. En aquellos tiempos en Austria, por ejemplo, mis padres no habían viajado ya que estaba fuera de los planes de vacacionar, iban a Italia de vez en cuando pues está muy cerca de Austria, pero a Francia no. Yo sí quería ir a Francia porque conocía su historia, sobre todo, de la Revolución Francesa y todos los movimientos sociales que hubo ahí.

¿Se puede decir que usted fue revolucionario e iba en contra del sistema?

No era tan consciente. Me topé con algunas causalidades que me abrieron más los ojos sobre la sociedad en general. En un viaje en 1966, en Alemania conocí a mi esposa Claudine que es francesa.

Ella también estaba viajando por Europa, tenía una amiga en Alemania. Terminó la visita donde ella y luego iba de regreso a París. Entonces, hubo un tiempo en la carretera que nadie paró y empezamos a hablar, después fuimos juntos a París. Me contó mucho sobre París y me enseñó la ciudad durante varios días.  

¿Y siguen juntos hasta el momento?

Sí, sí, tenemos más de 50 años de estar juntos. Y por eso me llevó muchísimas veces a Francia, después, me familiaricé un poco con el idioma francés y también me gustó muchísimo la cultura francesa, lo mismo que la literatura y poesía. Después tuvimos muchos viajes juntos. Fuimos a Inglaterra y Escocia, llegamos en un barco pesquero a Noruega, atravesamos Noruega hasta el norte y luego llegamos a Finlandia, ahí trabajamos un poquito porque se nos terminó el dinero. Ahí fue muy fácil encontrar un trabajo por dos semanas. Pasamos una semana en este lugar y compramos bicicletas viejas para desplazarnos con más facilidad.

Después nos dirigimos a Leningrado que en aquel entonces era de la Unión Soviética. Ahí conocí un poco de la historia de la Revolución Rusa y me impresionó mucho, igual que la francesa.

¿En aquellos tiempos fue muy difícil viajar a la Unión Soviética?

No, no, nosotros después fuimos tres veces o más a la ex Unión Soviética, visitamos Kiev y Moscú, entre otras ciudades. Fuimos con un carrito de estos pequeños carros franceses que son de dos cilindros; con eso atravesamos la Unión Soviética, así, despacio, acampando con toda la libertad, nunca nos impidieron un viaje, ni nos causaron problemas.

Una vez unos amigos de Perú nos invitaron a Moscú, uno de ellos estudió en una universidad en Moscú y de una vez nos dijo que visitáramos la universidad. Asistimos a algunos cursos e hicimos una amistad muy bonita, recordamos con mucho cariño la manera de que nos recibieron.

Tiene 42 años de vivir en Costa Rica. ¿Cómo surgió la decisión de llegar a este país?

Cuando inicié mis estudios de Economía en la Universidad de Viena en 1968, surgió un gran movimiento de estudiantes en todo Europa o, se puede decir que, en todo el mundo, inclusive los Estados Unidos y México. Lo que se buscaba es tener más libertad y más oportunidades en la economía.

En el año 1968 me fui a París, me encontré nuevamente con mi compañera que participaba en la lucha en París y me di cuenta sobre esta gran solidaridad que existía en este tiempo, sobre todo, en Francia. Cuando atravesamos la frontera alemana y llegamos a Francia, vimos como en todos los pueblos los jóvenes estaban de huelga. Todo estaba apagado en aquel momento. En Paris sentimos un ambiente de hermandad. Fue increíble vivir ese momento y después, regresando a Austria, me topé con todo lo que se formó a través del movimiento del 1968. En aquel entonces los jóvenes estaban luchando contra la injusticia social.

Todo empezó por un grupo de jóvenes que supuestamente empezaron su práctica en una empresa en Austria y fueron maltratados. En muchas ocasiones los jóvenes fueron utilizados como la mano de obra barata y su trabajo no fue bien renumerado. Esta campaña fue bastante fuerte; también tenían vínculos con otros movimientos en Suiza.

Luego la represión aumentó porque en mayo del 1968 las autoridades querían dar una marcha atrás y quitarles las libertades que se conquistaron en ese tiempo. Así surgió la idea de fundar una comunidad autosuficiente, trabajando en el campo. Este fue el nacimiento de Longo Mai o un movimiento cooperativista integrado por los jóvenes de diferentes países europeos, entre ellos, ingleses, alemanes, austriacos, suizos y franceses.

Fuimos a buscar un terreno apto para empezar esta obra y lo encontramos en el sur de Francia. Ahí había mucho sol, también tenía buenas condiciones para tener los rebaños de ovejas. Iniciamos con la construcción de esta comunidad autosuficiente y marchó bastante bien, hasta que el gobierno de Francia de aquellos tiempos nos expulsó de Francia junto a un grupo de otros extranjeros, entre ellos, austríacos, alemanes e ingleses.

Fuimos ocho, los fundadores de Longo Mai en Francia y nos expulsaron con el pretexto ridículo de que no nos podían dar más permisos de construcción. Aun así, el movimiento cooperativista ha ido creciendo y se fundaron más cooperativas en Alemania, Suiza y Austria.

Con un rebaño de ovejas llegamos a los Alpes de Austria, así nació una cooperativa en las montañas del sur de Austria, cerca de la frontera con Eslovenia. Así nació Longo Mai y en 1978 recibimos la visita de los emisarios de Nicaragua que estaban viajando por todo Europa, buscando solidaridad con la Revolución y la liberación de Nicaragua de la dictadura de Somoza.  Así decidimos ayudar a los refugiados nicaragüenses, sea en Costa Rica o en Honduras, porque muchos de ellos recibían amenazas de muerte. Nosotros teníamos que informar a todas las cooperativas y que estuvieran de acuerdo con ello.

Recuerdo muy bien que nos entró una llamada del sur de Francia a la cooperativa de Austria, preguntando si ya tomamos la decisión. Después empezamos las gestiones ante el Gobierno de Costa Rica de don Rodrigo Carazo que fue muy abierto para brindar la ayuda en la recepción de los refugiados, incluso nos ayudó encontrar un terreno aquí en Costa Rica, en el cantón de Buenos Aires.

Luego buscamos las personas que querían trabajar en Latinoamérica. Yo siempre tuve el deseo de conocer América Latina y esta fue la oportunidad; así fue como en 1980 empezamos preparativos. Junto a mi familia llegué a Costa Rica, para empezar este trabajo con la comunidad de los refugiados nicaragüenses. Ya teníamos cinco hijos y mi hija menor nació en Costa Rica. Tengo dos hijas gemelas y tenían tres meses cuando viajaron en avión por primera vez y fue a Costa Rica.

¿Cómo ha sido su vida en Costa Rica? ¿Ha tenido que enfrentar las manifestaciones xenofóbicas y los obstáculos en su trabajo?

Lo primero es que, para mí, a pesar de que las condiciones fueron muy difíciles, ya que en la finca no había electricidad ni caminos de fácil acceso, vivimos en un pequeño albergue que existió en Longomay en aquel entonces, ha sido una experiencia muy gratificante.

Fue maravilloso conocer la selva, la naturaleza y vivir en la naturaleza, realmente nos encantó y a los niños también. Me acuerdo muy bien que muchas veces hicimos fogatas afuera y después, cuando vinieron las familias salvadoreñas, algunos con muchos hijos, la comunidad poco a poco se ha ido poblando. También, las familias nicaragüenses nos acogieron muy bien y muchos costarricenses fueron muy amables con nosotros.

¿Qué ha sido lo más difícil para adaptarse aquí en Centroamérica?

Para mí, no ha sido difícil adaptarme en Centroamérica, poco a poco se fue mejorando la infraestructura y los caminos. Realmente no fue difícil.

¿Pero psicológicamente, se considera que la mentalidad en Europa y aquí es muy diferente, usted lo ha percibido?

Sí, claro que es diferente el tico, pero yo debo decir que me gusta mucho la forma de ser de los costarricenses, sobre todo, el campesino porque valora mucho la autonomía en el campo, la autonomía alimentaria y aprecia mucho su libertad. Nadie les toca sus derechos individuales.

El agricultor costarricense tiene una manera muy pacífica de actuar, se ve incluso en la naturaleza, a la hora de sembrar.

Me gusta mucho eso y poco a poco conocí esta manera de vivir y lo aprecio y respeto mucho.

¿Cómo nació el Circo Fantázztico, como se unió usted al circo?

El Circo Fantázztico inició en los años 1980 – 1987, cuando teníamos contactos aquí en San Isidro de El General con la escuela Laboratorio. Esta escuela, según mi opinión, fue la más avanzada en el método de enseñanza parecido al de Europa, con una creatividad de los niños increíble. Por ello, contactamos al director y mi esposa se trasladó a San Isidro de El General con nuestros hijos que ya iban a cursar la primaria y se matricularon a esta escuela.

En los años 1985- 1986 en San Isidro de El General aparecieron muchos niños en la calle, incluso algunas personas nos dijeron que aparecían niños abandonados debajo de los puentes. En el centro andan mendigando en las calles. Por ello, mi esposa y yo nos encontramos con el obispo Monseñor Trejos y otras personas que nos ayudaron a empezar un proyecto para solucionar este problema de una u otra forma.

Teníamos el apoyo de un diplomático que nos enseñó un artículo dedicado a los niños de la calle en Brasil, Bahía. El reportaje que nos envió era muy largo, ahí se estaban analizando todos los proyectos de trabajo con esta categoría de la población y los resultados que habían tenido fueron muy positivos.

La idea principal de la investigación fue que muchos de estos niños tenían sed de mamá o papá, pero, para estas familias era imposible garantizar la educación para, debido al tiempo y a los altos costos. Según los investigadores, uno de los primeros métodos era lograr ingresarlos a las instituciones como escuelas y colegios y luego ver la posibilidad de involucrarlos en otras actividades, entre ellas, el fútbol y la música. Muchos de estos niños eran afrodescendientes y tenían talentos naturales como el de tocar los tambores.  A través de estas actividades lograron juntar a los niños y sacarlos de las calles para integrarlos en actividades recreativas, con mucha libertad, pero muy creativa. También crearon comedores para los niños de escasos recursos con la ayuda económica de algunas organizaciones internacionales.

¿Cómo se generan los recursos para una comunidad autosuficiente como Longo Mai, lo mismo que para el Circo Fantazztico?

Para el Circo Fantázztico, organizamos cursos y las ventas de artesanía. También contábamos con la ayuda de muchos voluntarios internacionales. Me acuerdo de un ejemplo de una joven de Austria que salía a hacer piezas de vidrio en la calle y nos dijo que podía enseñar a los niños a hacer cosas en vidrio. El problema fue que no contábamos con las instalaciones adecuadas para calentar el vidrio. Fuimos a investigar sobre el tema y una empresa de Austria nos brindó una colaboración.

Este fue el inicio de un gran proyecto. Muchas personas venían de Europa para impartir los talleres. Tuvimos la suerte que en el año 2000 llegó un joven de Austria con el conocimiento de los malabares; así empezamos a impartir talleres de malabarismo, gimnasia y saltos en Tierra Prometida. Teníamos un grupo de 20 a 30 niños y los resultados fueron muy positivos. Este proyecto tuvo una pausa de año y medio ya que el joven regresó a Austria donde dio a conocer nuestro proyecto y recibimos un premio internacional.  En aquel momento fue mucho más fácil organizar las actividades en el comedor de Tierra Prometida y también en Lomas de Cocorí.

¿Cómo se ha sentido usted en Costa Rica, qué significa este país para usted?

Agradezco mucho a las personas que me acogieron y me gusta mucho la mentalidad tica pues me gusta mucho el patriotismo y no me gusta el militarismo.

Estoy muy contento, ya que no estaba previsto que me quedara tanto tiempo en Costa Rica, pero por las cosas que empezamos a desarrollar por amor a este país y a su gente, sobre todo, los agricultores, estamos aquí.

¿Usted y su esposa piensan pasar toda la vida aquí?

Sí, también tengo a mis seis hijos aquí y ya son profesionales. Uno de mis hijos es arquitecto y trabaja en Nosara, ellos andan por todos lados del país. Ellos se sienten realizados y lograron cumplir sus sueños, tienen hijos y ya tengo 19 nietos. La verdad es que yo estoy muy contento, ya que toda la familia está a mi alrededor.

Por otro lado, mi esposa y yo tenemos más de 50 años de matrimonio y tenemos muchas cosas en común. Mi esposa es igual que yo, muy perseverante, cuando inicia una cosa lucha y persevera y no se deja desilusionar tan fácilmente, yo tengo el mismo carácter que ella.

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Juan José Méndez Venegas: “Me dedico a trabajar en el campo y componer canciones”

May 30, 2022

Por: Alexandra Ivanova

Con el mismo cariño, seguridad y profesionalismo, sus manos saben manejar tanto las herramientas para labrar la tierra como las cuerdas de una guitarra. La música y el trabajo en el campo han sido los dos oficios a los cuales él han entregado su vida. Fue testigo de los hechos históricos que se dieron en las tierras costarricenses y conserva recuerdos de las personas que escribieron esta historia. A sus 82 años de edad, sigue teniendo una vida llena de trabajo y encuentros.

Para concluir el Mes del Agricultor Costarricense, conversamos con Juan José Méndez Venegas, amigo y contemporáneo de Alfonso Quesada Hidalgo y el último de los fundadores del famoso trio Los Sukias que sigue con vida.

Desde hace más de 30 años don Juan José vive en Sarapiquí, sin embargo, visitó Pérez Zeledón para participar en el homenaje a la agrupación musical que marcó toda una época de la historia del cantón generaleño.

¿Qué recuerda Usted de los inicios de este proyecto musical?

En un principio fundamos un trio, junto a don Alfonso Quesada Hidalgo, Rodolfo Rojas Acuña y este servidor. Comenzamos acá en Pérez Zeledón, presentándonos en diferentes lugares, inclusive en la Voz de El General, Radio Sinaí y la Radio Satélite. También nos presentamos fuera del cantón. Así estuvimos en diferentes lugares de San José, inclusive, participamos en el prestigioso programa “Las estrellas se reúnen” en el Canal 7 y en “La sala del tango” de Canal 11. Obtuvimos varios contratos para presentarnos en diferentes lugares.

En 1967 estuvimos en la Radio Columbia, representando nuestro país y obtuvimos el primer lugar para nuestro cantón.

Hemos grabado más de 300 canciones, la mayoría de ellas son de don Alfonso Quesada y también mías. Compuse varias canciones dedicadas a Pérez Zeledón y también al cantón de Sarapiquí y fui declarado el Hijo Predilecto del cantón de Sarapiquí.

¿Ahora vive en Sarapiquí?

Vivo en Sarapiquí, en la colonia Villalobos. Estoy pensionado y me dedico al trabajo en el campo pues tengo finca y ganado.

¿Sin embargo, es oriundo de Pérez Zeledón?

Nací en el distrito de Daniel Flores el 19 de noviembre del año 1940. Este año cumplo 82 años de vida y no padezco de ninguna enfermedad. Gracias a Dios, estoy muy bien de salud y sigo dedicándome a la música.

Tengo planes para grabar más canciones, tanto para el cantón de Sarapiquí como para el cantón generaleño.

Usted fue testigo de la Guerra Civil de 1948. ¿Qué recuerda de su infancia?

En 1948 sucedió la Revolución, pero recuerdo muy poco de aquellos tiempos. Vivía en La Esperanza de Pérez Zeledón y recuerdo ver pasar a unos hombres armados que llegaron a mi casa donde estábamos ordeñando una vaca. Les dimos leche. Ellos llevaban unas armas de fuego pesadas y se dirigieron hacia una quebrada para llegar al lado de Uvita.

En aquel entonces, era niño, pero sentía que en el país se estaban viviendo los problemas muy serios. Mi padre fue una persona que siempre trató de mantener una buena relación con la gente. Nunca pensé que hubiera podido pasar si no les hubiéramos dado la leche. Sin embargo, tampoco creo que esta experiencia me había afectado mucho.

¿Cómo nació su pasión por la música?

Tengo familiares que habían sido músicos de antaño. Uno de mis hermanos aprendió a tocar guitarra con unos amigos, tocaba en la casa y cantaba, esto me impresionaba mucho. Sentí que también lo traía en la sangre. Él me enseñó algunos signos. Luego tuve un amigo puriscaleño que tocaba guitarra muy bien. Estuvimos tocando juntos durante dos años, con él aprendí mucho.

Cuando tenía cinco años, sabía cinco canciones. Y cuando no tenía guitarra, me acompañaba con una lata de manteca.

Fueron unas latas cuadradas y las golpeaba con un palillo, sacándole ritmo. Cantaba las cinco naciones seguidas.

Después de aprender a tocar guitarra, me uní a un conjunto donde toqué la guitarra eléctrica, hasta que en 1964 me encontré con don Alfonso Quesada.

Así dio inicio el grupo de Los Sukias y en el 1968 grabamos mucha música para Pérez Zeledón y Sarapiquí.

¿Por qué Sarapiquí?

Me fui a vivir a este cantón en el año 1983. La Municipalidad convocó una reunión para solicitarme que compusiera algunas canciones para ellos. Nos hicieron un homenaje en la Casa de la Cultura. Cuando íbamos de regreso, don Alfonso me comentó que aprovecháramos esta oportunidad. Durante mucho tiempo estábamos ensayando los días lunes y martes y así preparamos las seis canciones.

Desde el año 1983 hasta la fecha vivo en Sarapiquí y soy Hijo Predilecto del Cantón. Gracias a Dios, me siento muy bien.

¿Qué ha sido la enseñanza más importante que sacó Usted de don Alfonso Quesada?

Don Alfonso me dejó muchas lecciones importantes. Siempre sabía que él era un compositor extraordinario, cuando lo escuchaba en la radio. Y cuando tuve la oportunidad de encontrarme con él, comencé a aprender a componer las canciones. Todos los conocimientos musicales que pude heredar de él, han sido muy valiosos. Él fue la pieza fundamental para mi formación como músico.

¿Se ha dedicado al trabajo en el campo al mismo tiempo con la música?

Vengo de una familia de los agricultores y siempre he sido agricultor. Ahora tengo un terreno en Sarapiquí, donde siembro plátano, yuca y otros cultivos que comparto con otras personas.

Soy totalmente de campo y es lo que me gusta. La música y la agricultura son los dos oficios a los cuales me dedico.

Vivo solo en mi casa y no tengo problemas de ninguna clase. Tengo hijos que ya son profesionales y viven en San José.

¿Qué mensaje dejaría a los músicos jóvenes?

Les diría que se dediquen a la música folclórica costarricense y, sobre todo, a la música regional, ya que la música que representa nuestro país es muy valiosa. Es un gran orgullo para los costarricenses.

La música extranjera es muy bonita y es importante conocer el legado cultural de otros países, no obstante, no tenemos que olvidar de la representación artística de nuestra patria.

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Profe Du: “El mayor patrocinador que tengo es el amor por Costa Rica”

April 21, 2022

Por: Alexandra Ivanova

De un proyecto de innovación que surgió en el Liceo Canaán, a un canal de Youtube con un aproximado de 8000 seguidores, llegó la iniciativa de un joven educador que se ha convertido en uno de los influencers generaleños que crean el contenido que es visto en Centroamérica, los EE. UU y en varios países de Europa.

En esta edición de nuestra sección de Caras, conversamos con Douglas Badilla Sibaja, creador del personaje animado Profe Du y un canal de Youtube que lleva el mismo nombre, donde comparte con sus seguidores diferentes curiosidades de la historia de Costa Rica y da a conocer los atractivos turísticos dentro y fuera del país.

¿Desde hace cuánto trabaja en educación y a qué se debe la decisión de ser profesor de Estudios Sociales?

Tengo 6 años de trabajar en educación. Tuve varios motivos para escoger esta profesión. Entre ellos está una profesora que me inspiró a estudiar la misma carrera. Por otro lado, con la educación uno puede ayudar a muchas personas y, en realidad, amo ser educador. Por ello, creo que no me equivoqué de profesión.

Escogí los Estudios Sociales porque es una materia que siempre se ocupa en la vida.

Es necesario saber qué ha pasado, para saber cómo nos vamos a dirigir hacia el futuro.

Es una materia fundamental que siempre me ha llamado la atención.

¿En qué momento, hace cuánto tiempo nació la idea de crear un canal de Youtube?

La idea nació unos meses antes de la pandemia. Trabajo en un colegio de innovación, Liceo Canaán, donde teníamos que presentar un proyecto junto con los estudiantes, por lo que decidimos que crear un canal era una buena idea. De ahí inició el canal de Profe Du con los videos con los estudiantes.

Al inicio grabábamos solo videos de la historia junto a los estudiantes. Lo empezamos a hacer antes de la pandemia y a muchas personas les gustó. Por otro lado, me encanta dar a conocer Costa Rica, por lo que ahora muchos videos son de los lugares turísticos.

¿Cómo ha ido desarrollando el canal y ganando seguidores?

Ha sido un poco difícil, ya que Youtube no es una plataforma fácil, pero, por dicha, he contado con mucho apoyo de las personas cercanas y conocidas, inclusive los mismos estudiantes. Esto me ha ayudado mucho.

¿En algún momento sintió que ya no quería seguir?

Hasta el momento, nunca lo he sentido y no pensé dejar el canal. Sí es complicado y requiere mucho tiempo y dedicación, pero hasta el día de hoy no sentí que quería abandonarlo.

¿Tiene seguidores en otros países?

Sí, a muchas personas en otros países el canal ha llamado la atención, entre ellas, las que viven en los Estados Unidos, Cuba, República Dominicana y España. A todos ellos les ha llamado la atención el hecho de conocer Costa Rica.

¿Cómo sus colegas han tomado esta iniciativa?

Pienso que lo han recibido muy bien y he sentido mucho apoyo de parte de algunos colegas. Por otro lado, esto me ha facilitado el trabajo.

Mediante esta iniciativa, usted se ha ido convirtiendo en un influencer. ¿Cómo se siente cuando lo reconocen en la calle?

La verdad es que es una experiencia muy bonita. Pienso que todas las personas somos iguales y, sea con un seguidor o con miles, es bonito recibir el apoyo y el cariño de otras personas.

¿Cómo ve las expectativas de Youtube y otras plataformas en Costa Rica y en Pérez Zeledón en específico?

Creo que es una buena opción, ya que Pérez Zeledón es un lugar que tiene mucho que ofrecer. Sin embargo, no conozco a muchos creadores de contenido para proyectarlo, por lo que sería bueno que surjan más iniciativas de este tipo, también en otras redes sociales que tienen mucho alcance.

¿Cuenta con algunos patrocinadores y si no, piensa conseguirlos en el futuro?

El mayor patrocinador que tengo hasta el momento, es el amor por Costa Rica (sonríe – Revista Pasacalles). Hasta ahora no he tenido apoyo de ninguna empresa y estoy invirtiendo mis propios recursos. Sin embargo, no descarto la posibilidad de que en el futuro alguna empresa me pueda apoyar, esto ayudaría mucho al proyecto.

¿Se ha acercado a la iniciativa “¡Vení a Pérez!”, desarrollada por la Municipalidad de Pérez Zeledón?

Es un proyecto que me provoca mucha emoción y lo apoyo. Sin embargo, traté de comunicarme con sus gestores vía redes sociales y no encontré apoyo, por lo que preferí dejar de insistir. No obstante, creo que es una iniciativa muy importante que ayuda a proyectar el cantón a nivel turístico, aunque sería bueno que haya más unión y se brindara más apoyo a diferentes proyectos informativos, ya que esto ayudaría más a promocionar el cantón turísticamente.

¿Usted ve el canal como un pasatiempo o lo piensa convertir en algo que podría generar los ingresos?

Es de los dos, ya que la parte económica es muy importante, pero el motivo principal es dar a conocer los lugares poco conocidos. Por el momento, es un pasatiempo y un gesto de amor que le tengo a nuestro país.

¿Quién es Profe Du? ¿Qué hace en su tiempo libre?

Mi tiempo libre es andar descubriendo lugares. Me encanta conocer diferentes comunidades; además, me gusta leer y pasar el tiempo en familia, con mi pareja y mi hijo. La familia, los viajes y la lectura son las partes más importantes de mi pasatiempo.

¿Hay algún sueño de un viaje que ha tenido desde niño?

Siempre he querido saber qué hay más allá de donde yo estoy. Ahora vivimos en una aldea global y es más importante saber lo que nos rodea. No obstante, me gustaría conocer la República Dominicana y El Salvador, lo mismo que varios países europeos, inclusive España.  

 

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Carlos Prado: “El dedicarse a la música no puede ser a medias”

March 17, 2022

Por: Alexandra Ivanova

Dejar un empleo fijo para dedicarse por completo a su gran pasión, la música, en los tiempos de pandemia. ¿Una decisión descabellada? No, para el cantante generaleño, Carlos Prado, ha sido el inicio de un nuevo proyecto musical que ha ganado corazones de los visitantes de los restaurantes Candombe de San Rafael y Candombe RestoPub de La Palma.

Se trata de Calle Luna, el grupo que nació en Pérez Zeledón el año pasado, en medio de incertidumbre. Conversamos con su vocalista para conocerlo más a fondo.

Una iniciativa de tres visionarios, el grupo Calle Luna surgió ante una necesidad de salir adelante en los tiempos de pandemia entre varios músicos. Se trata del músico de la UCR, Jafeth Arguedas, percusionista y Douglas Castro, la primera guitarra, mientras que Carlos Prado Cordero captura la atención de muchas personas con su interpretación de covers en inglés y en español.

Empezando con el tema de los tributos y noches temáticas, con el padrinazgo de los restaurantes Candombe de San Rafael y Candombe de La Palma, la agrupación cuyo nombre refleja la vida nocturna y bohemia, se está dando a conocer en la zona. Para Carlos, el canto ha sido la mayor pasión de su vida y lo está transmitiendo al público.

¿Desde hace cuándo usted se dedica a la música?

Lo hago desde que tenía 16 o 17 años de edad, si hablamos de cantar y que te paguen por hacerlo. Tengo un poco más de 30 años de dedicarme a la música sin interrumpir. En su tiempo trabajé como DJ en algunas discotecas en San José y me dediqué a un proyecto de música en vivo, llamado Acustics, junto al guitarrista Jorge Montero. Estuvimos trabajando durante 15 años, buscando un formato muy similar y tocando en diferentes hoteles y restaurantes de San José.

¿Es oriundo de Pérez Zeledón?

Nací en Pérez Zeledón, pero decidí mudarme a San José para buscar nuevos horizontes. Ahí estudié un poco de todo, pero no he terminado ninguna carrera, así que tengo conocimiento de un poco de todo, pero no tengo título en nada. Estudié un poco de contabilidad, música, inglés como segunda lengua, por ello, incursionamos con los covers de las famosas bandas que cantan en inglés.

Hace cuatro años regresé a Pérez Zeledón, debido a una situación familiar y tuve que empezar de cero acá. Estuve trabajando en una entidad financiera durante 5 meses y renuncié para retomar los proyectos de música que están más acordes con mi personalidad. También soy administrador del restaurante Candombe RestoPub en La Palma.

¿No se ha arrepentido de abandonar el empleo fijo para dedicarse por completo a la música?

No, para nada. De hecho, ya lo había hecho una vez en San José, cuando estuve trabajando durante un tiempo en las oficinas y renuncié para dedicarme a la música.

Mi jefe quedó con la cara de sorpresa, porque dejé un trabajo fijo por dedicarme a la música, pero cuando una persona hace lo que le apasiona, no hay muchas consecuencias que medir.

Siempre hay preocupación de que no haya trabajo o por el seguro, pero todo depende del empeño que uno le ponga y la decisión de hacer las cosas. No puede ser a medias, hay que meterse de lleno en el asunto y poner todo de su parte, porque ya no hay marcha atrás.

Dice que se mudó a San José cuando tenía 17 años. ¿Desde qué edad sintió la atracción por la música?

Sentí la pasión por la música desde pequeño. Durante mis años de la niñez los artistas de moda eran Nino Bravo y Juan Bao, entre otros, eran los años 70. Recuerdo que yo sentía la música y era un deseo inmenso, no quería solo escuchar sino también cantarla y era muy diferente.

¿Qué ha influido más en su formación como músico?

Escuchar estas canciones fue mi primer contacto con la música. Después, tenía un primo a que le encantaba la música en inglés. Un día llegó de visita y traía una radio viejísima, donde solo se escuchaba una emisora en inglés. No entendí absolutamente nada lo que decían, pero me fascinó.

En aquel entonces, en mi casa solo se escuchaba la música en español, ya que nadie hablaba inglés, pero, cada vez que yo ponía esta música, me encantaba escucharla.

A mi mamá le sorprendía cómo podía escuchar algo que no entendía, pero eran otros años. Lo disfrutaba mucho y, cuando tuve el primer contacto con el rock en inglés, fue una sensación de “wow”. Así que mis influencias vienen de toda esta música, tanto en español como en inglés, pero la música es un idioma universal pues, aunque no entiendes la letra, sientes lo que se transmite.

¿Nunca se ha arrepentido de escoger el estilo de vida bohemio?

En realidad, no y ahora estoy más seguro que nunca. Ha habido momentos que no eran de color de rosa, cuando uno se cuestiona y cuando las cosas no salían como esperaba, pero al final, si uno logra pasar estos baches, empieza a ver las cosas de modo distinto y aprende de los errores cometidos. Definitivamente, si volviera a nacer, lo único que cambiaría es que empezaría más temprano.

¿Qué diría a otros artistas que están luchando con las adversidades de la post pandemia?

Es un tema bastante delicado, porque es muy fácil decir: “Aguanta y todo va a pasar”, cuando en la realidad es algo que no va a pasar de noche a la mañana.

Creo que lo que deberíamos hacer como artistas, es apoyarnos y también, diversificarnos, buscando otras maneras de llegar al público. En las grandes crisis siempre hay grandes oportunidades. A veces hay que reinventarse. En Costa Rica hay muchos músicos muy talentosos y, parte de este talento es poder innovar. Y no solo se trata de los músicos pues el ser humano, a través de la historia, ha tenido que evolucionar y adaptándose a muchos cambios.

¿Cuál es la canción que más le piden durante sus presentaciones?

Hay varias, pero las que siempre piden son La Flaca de Jarabe de Palo, 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, entre otros. Creo que la canción con que más se identifican las personas que me escuchan, es una versión del tema Volare de Gipsy Kings. En algunas ocasiones tuve una oportunidad de tocar con un grupo de flamenco pues esta canción es la que casi siempre me solicitan.


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Israel Romo Lazo: “Detrás de cada cubano hay arte”

July 13, 2021

Por: Alexandra Ivanova/José Andrés Valverde

Hace 5 años lo encontramos en el salón de la Casa Sinaí, con su trompeta y las ganas de luchar por ser él mismo a través de las adversidades…

El domingo 11 de julio, Cuba ha sido sacudida por la mayor protesta que se ocurrió en este país en los últimos 60 años.

Las protestas empezaron en la ciudad de San Antonio de los Baños, en el suroeste de La Habana y se extendieron por todo el territorio de la isla. La crisis socio económica en la cual está sumergido el país, lo mismo que la falta de medicinas y alimentos, según los manifestantes, agotaron la paciencia de miles de cubanos que se lanzaron a las calles en más de 20 localidades del país, según lo informa BBC News Mundo.

Recibiendo la noticia de los momentos turbios que se están viviendo en el país caribeño, recordamos de las decenas de migrantes cubanos que abandonaron su patria en el año 2016, en busca de una vida mejor. San Isidro de El General fue uno de los puntos en su camino.

En las instalaciones de Casa Sinaí, que albergaron a los migrantes por varios días, la directora de la Revista Pasacalles conversó con el músico Israel Romo Lazo.

¿Qué antecede a los hechos que se están viviendo hoy en la región?  ¿Qué significa ser músico en los tiempos difíciles? Conózcalo a través de la historia de un artista que un día nos compartió un poco de sus recuerdos, pensamientos y sentimientos.

Don Israel, cuéntenos un poco de su trayecto como músico. ¿Cómo nació esta vocación por la música?

Yo diría, más bien, que detrás de cada cubano hay arte. Decir “cubano” es sinónimo de decir arte y todos llevamos impreso en el ADN lo que es el ritmo, entonces, desde pequeño me incliné hacia la música, sentí que eso era algo que me llenaba por completo.

Desde muy pequeño empecé a tocar en las fiestas de familia, pues siempre o bien con una cuchara y un jarrito, o una caldera, buscando la manera de que en estas fiestas haya un poco más de ritmo. Por ello, mis padres se fueron dando cuenta de que yo tenía un don y me dieron todo el apoyo.

Empecé a incursionar en todos los programas de la Casa de la Cultura de Cuba, hasta que ya ingresé a la Escuela de Arte un año después de que terminé mis estudios de secundaria básica. Entré a la escuela de instructores de arte, donde cursé por cuatro años y me gradué en el año 1989 y ahí, automáticamente, de haberme graduado, salí a hacer mis dos años de servicio social. Esto ayuda mucho porque ya aplicas en la práctica lo que es trabajar y dar clases y la docencia, es una experiencia muy bonita. Después de que terminé estos dos años de servicio social, me dediqué a ser músico profesional, que realmente era lo que me gustaba: hacer la música.

¿En su familia ya había otras personas que tocaban algún instrumento?

Tengo familiares que tocan instrumentos, pero lo hacen empíricamente. Tenía un tío abuelo, un hermano de mi abuelo, que tocaba la guitarra y era repentista; repentista es una persona que era capaz de hacer décimas de rima, jugar con la rima, esto es por parte de mi mamá.

Por parte de mi papá, hay un tío de mi papá que tocaba el “tres” cubano, pero, como ya le digo, todos eran empíricos, igual que otro tío, hermano de mi papá, que toca el bongó, pero muy empíricamente, es decir, de estudios como profesional creo que soy el único en la familia.

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Existe un estereotipo sobre los cubanos, de que son muy alegres, que siempre hay mucha música, canto, baile… ¿Qué opina usted sobre eso… usted que nació y creció en este país?

Verdaderamente, tienes toda la razón. Cuba es un país donde se respira y se transpira el arte. El arte en todas las manifestaciones, la música, el teatro, la danza, las artes escénicas, Cuba es pura alegría, Cuba es un país donde detrás de cada cubano hay arte.

Somos una mezcla, porque tenemos de todo. Tenemos la herencia de los africanos, haitianos, también de los españoles por su conquista, pero tenemos también las raíces de los indígenas nativos que vivían antes de los españoles. También tenemos algo de los asiáticos y los norteamericanos.

Esta mezcla es lo que nos ha dado, quizá, la facilidad para que el cubano tenga impresa esa manera de vivir la vida bien alegre ante cualquier circunstancia, ante cualquier cosa, que quizás donde un europeo pensara en el suicidio, el cubano lo que hace es reírse, por eso, tenemos un dicho: “El cubano es el único ser que se ríe de su propia desgracia”.

Es porque realmente podemos estar pasando por un momento muy desagradable y a la vez, cogemos ese momento y lo convertimos en un momento de alegría, en un momento que otra persona diría: “Pero me falta como un tornillo, ¿no?”

¿De qué surge la decisión de abandonar su patria?

Mira, no es menos cierto que Cuba, eh, como todo, está atravesando los tiempos muy difíciles. Yo nací durante el proceso revolucionario, hace 43 años (para el 2016 – Revista Pasacalles), por lo tanto, no conocí en físico lo que vivía Cuba antes, pero sí conozco la historia.

En Cuba la revolución llegó en un momento que era necesario, o al menos los que estaban viviendo esta etapa, querían un cambio, pero, en sus primeros años se lograron cosas y, como toda revolución, ya después, desgraciadamente, pasó de ser una revolución a convertirse en una dictadura donde hay un gobierno que está perpetuado en el poder por más de medio siglo.

Como bien se sabe de las dictaduras, hay una serie de cosas que no funcionan porque los que están en la cúpula empiezan a pensar más en el bienestar de ellos que el del pueblo. Desde hace años se hace bien difícil vivir bajo esta dictadura, porque el país tiene muchos problemas políticos que repercuten en problemas económicos.

Al tener una política cerrada, el país se convierte en una economía cerrada, y al tener una economía cerrada, automáticamente, no tienes cómo vivir y cómo existir.

En el caso del arte, yo diría, que según se registra en la historia, todas las dictaduras lo habían hecho, la dictadura siempre prioriza al sector artístico. Ahí tenemos el caso de la dictadura de Hitler, cuando Alemania llegó a tener un nivel cultural altísimo. También lo tenemos en la dictadura de Stalin, en Rusia que hoy por hoy es valorada por su arte.  

Todas las dictaduras se enfrascan en trabajar a fondo su cultura, pero no es menos cierto que también hay mucha censura, entonces, para un artista, llega un momento en que te ves limitado, porque quieres hacer cosas, o pretendes hacer cosas o incursionar en cosas nuevas, pero tienes un límite, tienes un tope, donde el gobierno o la dictadura te dice: “Hasta aquí puedes llegar”. Y de ahí no pasas ya.

Los artistas siempre somos personas muy inconformes, es decir, siempre queremos más, siempre estamos reinventando y buscando la manera de cómo hacer algo nuevo. Por ejemplo, un pintor puede estar hoy pintando algo de su tema, pero mañana quiere reinventarse y plasmar otra cosa, pero la dictadura lo frena. Cuando llega un momento en que quieres expresar a través de tu arte lo que estás viviendo… Porque la cultura es esto, es el mejor método de expresión de la sociedad, o sea, nosotros los artistas estamos para expresar lo que el pueblo no puede expresar.

Entonces, cuando quieres expresar la realidad que está viviendo la sociedad, porque lo sientes, porque también eres parte de esa sociedad, chocas con el muro de que hay un gobierno que te limita y te dice: “no”, y si tú no lo haces es donde empiezas a ser censurado, enjuiciado, de ser un gran artista te puedes convertir en nada, puedes dejar de ser todo lo que eres.

Por todas esas inquietudes que tienes como artista y todos esos sueños que no puedes lograr, eso es lo que te lleva y te incita a la migración, a salir a volar, y quiero ver qué tan fuerte es el vuelo, qué tan grandes son mis alas.

Este es en mi caso, creo que este fue el motor para salir. Es el primer objetivo y el segundo objetivo que toda migración tiene, aparte de otros temas que hemos hablado, está el tema de la economía, donde te sea más factible darles a los tuyos un nivel de vida más digno.

Por ello, te motivas también por eso, porque sabes que llegarías a un país que, como todos sabemos, no es la maravilla del mundo, porque, desgraciadamente, la maravilla del mundo no existe, pero sabes que vas a llegar a un poco más de posibilidades y oportunidades, y que, si lo logras o no logras, ya es algo que es un futuro, el futuro es impredecible, pero por lo menos, lo sueñas y nadie te va a limitar del sueño, nadie te va a decir: “no, hasta aquí tienes”.

¿Se puede recordar algo que sea un ejemplo de cuando usted se sintió así, con las posibilidades limitadas?

Si te das cuenta que todo marcha sobre un tema, todo marcha sobre el hecho de que todo es restringido en Cuba, todo es ilegal en Cuba. Hablando de mi caso, yo soy artista, pero lo mismo le puede suceder a un simple trabajador, un electricista que, a lo mejor, tiene un gran potencial, un ingeniero eléctrico, que quizá tiene varios proyectos, pero, desgraciadamente, si esos proyectos no estén aceptados por el sistema, este ingeniero hasta ahí va a llegar.

Es decir, todo es limitado. Se habla de la apertura, pero realmente no las he visto, no las he notado, creo que las pocas aperturas que pueden haber hecho son para los beneficios de la misma dictadura, pero no para el mismo cubano.

Quizá estoy equivocado, pero es mi punto de vista, porque miras y te das cuenta de que el 17 de diciembre del año 2015, se cumplió un mes desde el establecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, pero…

¿Qué ha pasado con el cubano? Todo sigue igual, sigue viviendo igual, sigue viviendo sin sueños, sigue viviendo sin futuro, sigue ahí como parado en el tiempo mientras que se han hecho cosas, el gobierno norteamericano ha levantado una cantidad de restricciones que había sobre la isla, y sabemos que los cambios no son de verlos de hoy para mañana, pero hay muchas cosas que pudieran ya cambiarse y no se cambian porque no es de interés para la dictadura.

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¿Qué instrumento toca usted?

Mi especialidad es la trompeta, pero, como le decía, estudié en la escuela  profesional de instructores de arte, y en esta escuela tienes que estudiar los instrumentos complementarios, entonces, aprendes a tocar el piano, la guitarra, los instrumentos de percusión, aprendes sobre  armonías, polifonías, contrapuntos, solfeo, teoría de la música, historia de la música, entonces, aparte de la trompeta, domino o tengo un conocimiento básico de lo que es el piano, la percusión, la guitarra y, es decir, más o menos toda la gama  de todo lo que son los instrumentos según sus familias, los de percusión, de viento y los de cuerda.

¿Y solo interpreta o también es cantautor?

Tengo una que otra cosita escrita pero no me considero para nada ni compositor, ni mucho menos cantautor. ¡Con esta voz, creo que no me ganaría ni un centavo cantando! (Se ríe – Revista Pasacalles). Sí tengo el conocimiento de lo que es la entonación, la afinación y la técnica de canto, porque también hay una asignatura que se llama Dirección Coral, donde aprendes la técnica coral, pero no es para ejercer.

Por ahí, como decía, tengo alguna que otra obra pequeña, alguna orquestación, un pequeño arreglo, pero no es mi fuerte. Realmente, mi fuerte es ser músico ejecutor, es decir, ejecuto con mi trompeta y plasmo, trato de decir lo que un director plasma en una partitura.

¿Siente usted algo diferente a la hora de tocar?

Por supuesto. Cuando un músico o un artista ama lo que hace, desde la hora en punto que subes a un escenario, es como que si te teletransportaras, dejaras de estar en este mundo y pasaras a otro mundo, vas a otro novel dónde estás tú, el instrumento y la música.

No existe nada más, se puede estar destruyendo el mundo a tu alrededor, pero no eres capaz de darte cuenta, porque estás entregado por completo y eso te sumerge por completo, ahí es donde te das cuenta de puedes ser tú mismo a un 100%.

¿Y cree usted que un artista tiene una mentalidad diferente, una forma de pensar diferente que cualquier otra persona?

Sí. Hasta cierto punto, yo diría que el artista tiene sus momentos emocionales. Esos momentos emocionales que vives con la misma música, con la misma profesión, son los que las demás personas interpretan como una locura, pero realmente no estás loco, estás más cuerdo.

Nunca un artista estuvo más cuerdo que cuando está en este momento, pero el que no es capaz de entender porque no conoce el mundo, no está dentro del mundo, ve estas actitudes y no las puede explicar.

Pero no es menos cierto que detrás de un artista está el bohemio, porque por suerte y por desgracia, el mundo artístico es el mundo bohemio, van de la mano, no existe arte si no hay bohemia, y no hay bohemia si no existe el artista, entonces, eres bohemio, eres de la noche, ya tu vida por ley no puede ser como es la de los demás.

Cuando me refiero a los demás, me refiero a un 80% de la población mundial. ¿Cuál es su vida? Se levantan en la mañana, salen a su trabajo, hacen su jornada de 8 horas, regresan a casa, hacen los quehaceres de la casa y a las 9 o las 10 de la noche ya están durmiendo.

¿Es difícil convivir con un artista?

Es bien difícil porque somos raros.

¿Qué recomienda usted, por ejemplo, a las personas que se están relacionando con un artista, piensan formar una familia con un artista?

¿Qué les recomiendo? Primero que todo, saber que el artista es pasión, que no les va a faltar la pasión, van a tener a su lado a un ser, - ya sea hombre o mujer - que va a llenar a esta otra persona de mucha pasión, pero que esa pasión también necesita ser alimentada y necesita ser entendida.

La pareja de un artista tiene que ser alguien que tiene un nivel de comprensión muy alto, porque como vemos y hablamos ahorita, los artistas casi siempre solemos tener nuestro momento de depresión.

Son depresiones emocionales artísticas, porque chocamos con las cosas de este mundo que son las incomprensiones hacia el artista.  Si analizamos la historia, nos damos cuenta de que, para mí, unas de las grandes leyendas íconos de la música clásica, entre ellas, Mozart, fueron incomprendidos en su tiempo. Se le tildó de loco, de déspota, pero Mozart era un genio.

Estamos hablando de una persona que era genio, que tenía un don que no podía tener nadie más en aquella época, por lo que las personas no lo entendían y le toco vivir todas estas emociones. Por ello, Mozart tiene su final, como todos sabemos, que es una muerte bien fea, dolorosa, abandonado en la miseria, muere de tifus, sin tener dinero para sufragarse sus medicinas. Lo mismo pasó con Beethoven y lo mismo sucedió con Van Gogh en la pintura.

El artista siempre ha sido un incomprendido, entonces, a la pareja de un artista le toca mucho no dejarse llevar por esa gran mayoría y no pensar como la gran mayoría, sino pensar cómo piensa el artista, meterse en su mundo y ser partícipe de su mundo.

No es pensar que si tiene a su lado un músico, que si va a ir a tocar y que lo que va a hacer es andar en jergas, en amoríos, tragos, es decir, no existe excepción a la regla y todos sabemos que hay músicos que son así, pero no todos somos así, y realmente tenemos un mundo que se nos hace bien difícil.

Antes que todo, es el tema de los horarios, porque cuando la pareja llega a casa, tú estás de salida, y cuando tú llegas a casa, ya la pareja está de salida, entonces, la convivencia en familia se hace bien dura, bien difícil y toca mucho a la pareja ser muy consciente, muy comprensiva.  Es porque el artista nació para eso, ya que el artista se nace, no se hace.

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Y en cuanto al significado de la cultura y el arte en general, ¿Qué papel está jugando en la vida de toda la humanidad?

La cultura y el arte siempre han jugado un papel importantísimo, pero cada día se viven tiempos más difíciles y cada día pudiéramos decir que la política o los políticos le hacen menos caso a la cultura.

Cada día leemos la prensa y vemos que cada día mueren más personas por asaltos, por asesinatos, por robos a mano armada, cada día hay más armas en la calle, entonces yo pregunto…

Si los políticos invirtieran más dinero en el arte, en el desarrollo del nivel cultural de la sociedad, a mí me parece que hubiera cada día más personas bailando en la calle, existieran más personas estudiando en escuelas de arte, ocupando su tiempo, estudiando música o artes escénicas o danza en vez de estar drogándose en una esquina, si emplearan más dinero en crear más escuelas de arte, existirían más personas con guitarras y trompetas en la mano y no con armas.

Si eso no sucede es porque algo no está funcionando y no es el arte y no es la cultura, son los políticos.

Y para ir concluyendo. ¿Hablando de su experiencia de vivir en Cuba y estar aquí en la Zona Sur, en Pérez Zeledón, qué vio usted diferente? ¿Y qué le gustaría destacar?

Tuve la posibilidad de asistir a unos ensayos con la Orquesta Sinfónica y ahí compartí con algunos jóvenes que integran la Sinfónica. Son los jóvenes muy talentosos que “tienen la madera”, como decimos en Cuba, son bien abnegados a lo que les gusta.

Pero también conocí a aquellos que no gozan del apoyo de que deberían gozar, es decir, sí se cuenta con un apoyo, pero es el mínimo, mientras que deberían de tener un poco más de apoyo de las autoridades.

En Cuba sí se ha dado el trabajo de desarrollar el arte, porque es una de las caretas que puede usar la dictadura para disfrazarse o esconderse ante la opinión pública internacional. Dicen que los cubanos son muy buenos músicos, que son muy buenos bailarines, o hablan de la medicina cubana o la educación, pero estas son las máscaras que crea la dictadura para engañar la opinión pública.  No obstante, siempre vas a llegar hasta donde permite el régimen, más allá no te vas a poder ir.

Entonces, cabe resaltar que el artista tico puede expresarse libremente, puede expresar su obra sin censura, para que trascienda fuera de las fronteras.  

Creo que lo perfecto sería que se lograra fusionar ambas doctrinas. Lo poquito que he compartido acá con algunos que otros artistas ha sido maravilloso, ya que conocí nuevas maneras y escuche obras nuevas, por lo que estoy muy agradecido.

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Gerardo Selva Godoy: “Costa Rica me sigue recibiendo con los brazos abiertos”

May 18, 2021

Por: Alexandra Ivanova

Ganador del Premio Nacional Francisco Amiguetti 2020 del Ministerio de Cultura y Juventud y también, del Premio Nacional Aquileo Echeverría 2012. Artista que reúne en su persona las facetas del ceramista, músico, escritor, director de cine y teatro y también, del educador. Él es Gerardo Selva Godoy, quien nació en Nicaragua, pero escogió Costa Rica y el cantón generaleño como su hogar.

Nació en la ciudad de Somoto, Nicaragua. Su madre fue comerciante, mientras que su padre provenía de una familia artística. Realizó sus estudios de secundaria en el Instituto Pedagógico de Diriamba, bajo la dirección de los hermanos cristianos de La Salle y se graduó con honores en el 1969. Luego su destino lo llevó a varios países, pero Costa Rica ha sido el lugar donde ha logrado realizar plenamente sus habilidades artísticas.

Gerardo Selva es el autor de 16 obras dramáticas, 4 discos musicales, varias películas de las cuales destaca el largometraje denominado “Semana U”, libros de cuentos y poemas, una novela y un sinnúmero de piezas de cerámica que han sido vendidas a nacionales y extranjeros. En una conversación muy directa con la Revista Pasacalles, el artista polifacético compartió su historia, algunas de sus vivencias y sus reflexiones sobre la cultura costarricense.

¿Quién es Gerardo Selva?

Nací en Nicaragua en el año 1952. Llegué a Costa Rica en el 1976 con 24 años de edad. Llegué directamente a Pérez Zeledón, a trabajar en el taller de cerámica de la Asociación Nacional de Desarrollo de la Artesanía, dirigida por doña Karen Olsen de Figueres en aquel entonces.

¿Cómo pasó su infancia y su juventud en Nicaragua? ¿Qué diferencias vio cuando llegó a Costa Rica?

Pasé mi infancia en Somoto, un pueblito pequeño que tenía 5 mil habitantes en el tiempo cuando yo nací. Está en unos 20 kilómetros antes de llegar a Honduras. Viví allá hasta los 12 años de edad.  Después pasé 5 años en Diriamba, donde estudié en el colegio y luego me fui de intercambio a los Estados Unidos. También estudié economía durante un año y medio en Guadalajara, México. También viví en Europa.

Antes de llegar a Costa Rica, tuve la experiencia de visitar otros países.

Cuando estaba en el sétimo año del colegio, fuimos a un paseo a Costa Rica y me enamoré del país, por lo que dije que iba a vivir en Costa Rica cuando sea grande.

Por ello, cuando terminé todos mis estudios, llegué a Costa Rica.

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¿Cómo lo recibió Costa Rica?

Con los brazos abiertos, y todavía me sigue recibiendo así. Estoy completamente y totalmente agradecido con este país, no lo cambio por nada ni por nadie. Aquí hice mi familia, tengo tres hijas y, todo lo que yo soy, lo logré en Costa Rica.

Estoy con esta gente y este país pues cuando alguien habla mal de Costa Rica, la defiendo como si estuviera defendiendo a mi madre o a mis hijas.

¿A qué se debe el afán por la cerámica?

No sentí el interés por la cerámica desde muy joven, ya que en aquel entonces desconocía el tema, hasta que, en la Universidad de Artes Plásticas en Inglaterra, donde estudié el Arte y Diseño, empecé a trabajar en un proyecto de cerámica y sentí que era lo mío.

¿En qué otras disciplinas artísticas ha probado sus fuerzas?

Cuando llegué a Costa Rica en el 1987, me dieron una beca para estudiar en los Estados Unidos e hice una maestría en Vidrio. Todavía trabajo en vidrio y en la exposición que ganó el Premio Nacional, una de las facetas es el vidrio.

Cuando venía en el avión de los Estados Unidos, me dieron una cámara de BHS, para que hiciera un proyecto de despedida y decidí grabar las técnicas de soplado de vidrio. Compré mi propia cámara y empecé a hacer mis primeras películas en el 1992.

Un poco a oscuras, pero empecé a aprender a editar y a dirigir a los actores. En la misma época empecé a trabajar en la Escuela del Valle de Pérez Zeledón como profesor de teatro y ahí también hacía videos con los niños con la cámara BHS. Ahí comenzó mi desarrollo como cineasta.

En cuanto a la música, llevé un curso con un director español y me dijo que un director de cine tenía que saber de todo.

Ahí entendí que no se refería a la contabilidad ni a las matemáticas, sino al manejo de las artes diferentes. Por ello, empecé a estudiar percusión en una escuela de música.

Cuando tenía un año de estudiar percusión, tuve un grupo musical llamado Los Cuchumbos. El grupo se desintegró, pero seguí haciendo música por mi propia cuenta.

Desde aquel entonces grabé 4 discos, empezando del 2003 y en el 2009 grabé el último con los artistas nacionales, Pato Barraza y Otto Padilla.

¿Y cuándo empezó a escribir?

Empecé a escribir cuando empecé a escribir dramaturgia, porque escribía obras de teatro para la escuela. Luego comencé a escribir guiones para las películas y llegué a un punto en que las ideas eran tantas… Ahora tengo 5 o 6 guiones escritos y listos para producirse, pero no vi la necesidad de seguir haciendo guiones, si las películas no se iban a hacer. El costo de producción es muy alto; entonces, empecé llevar los cursos de narrativa y realicé capacitaciones con Aurelio Dobles y leí libros. Así decidí plasmar las ideas que tenía para las películas de la forma narrada y ahí fue donde nació el narrador de ficción.

El año pasado publiqué un libro denominado “Licantropia”, integrado por 6 cuentos, cada uno de ellos oscila entre 25 y 30 páginas. Luego publiqué la novela “Cuatro mil días y veinte segundos”, que nació como la idea de una película. Se puede adquirirla en las plataformas de venta en línea.

Ahora estoy en el proceso de la reescritura de otra novela, que se llama “El papiro de Biblos”.

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¿De qué se trata su novela “Cuatro mil días y veinte segundos”?

El nombre se refiere a los 10 años, 11 meses y 15 días antes de cumplir los 11 años. Y también los 20 segundos.

Es que una vez escuché que un abrazo tiene que durar unos 20 segundos, para que tenga el efecto terapéutico, para que otra persona se pueda tranquilizar y sentirse amada, para transmitir los sentimientos que uno desee transmitir.

En la novela, los 20 segundos es un tema recurrente. Por el momento, esta es mi obra literaria más importante, ya que es la que tengo entre las manos. Es una novela juvenil, pero esto no descarta que la lean los adultos. Las primeras personas que la leyeron fueron los adultos, pero los protagonistas de la misma son niños. Es un libro que puede leer tanto una persona de 10 años, como de 60 años de edad.

La soledad y el abandono, son los temas principales de la obra. Se trata de un grupo de niños, donde hay menores abandonados por los padres adinerados y muy poderosos y en el otro extremo hay niños abandonados por los padres muy pobres, drogadictos y personas sin hogar. Los dos extremos del abandono y el hecho de cómo estos niños llegan a conocerse, son la base de la trama de la novela.

¿Cómo ha sido la experiencia de ser el ganador de varios premios del Ministerio de Cultura?

En el año 2012 gané el Premio Nacional Aquileo Echeverría, mientras que este año obtuve el otro galardón, el Premio Nacional Francisco Amiguetti 2020. Los dos premios fueron por las exposiciones. En el 2012 realicé una exposición en el Museo de los Niños, durante el Festival de las Artes y el año pasado tuve la exposición denominada “Los cinco rostros de Gerardo Selva Godoy” que estuvo en el Museo Rafael Ángel Calderón Guardia de septiembre a octubre.

¿Por qué “Los 5 rostros de Gerardo Selva Godoy”?

La exposición se trata de todo lo que había hecho. Si la hubiera hecho solo de cerámica, se me hubieran quedado afuera otras cosas.

Además, cuando uno cumple 68 años, ya puede ver para atrás.

Entonces, con los 4 discos, 3 largometrajes más los otros cortometrajes, más el libro de cuentos y la novela, también publiqué un libro de teatro, denominado “Pequeño teatro para pequeños” que tiene 6 obras de teatro infantiles. El vidrio también estaba en cajas y pensé que había que compartirlo.

Al inicio pensé ponerle “Gerardo Selva, renacentista del siglo XXI”, pero luego este me pareció un nombre muy pomposo y pasó a ser “Los cinco rostros de Gerardo Selva”. Realicé una visita guiada que fue transmitida por redes sociales del museo y en los primeros días tuvo más de 3 mil vistas.

¿Cómo ha sentido la realidad de un artista en las condiciones de pandemia?

En realidad, mis condiciones son muy específicas. En el primer lugar, porque ya soy pensionado. Por otro lado, tengo mis hijas adultas y se mantienen por sí mismas, por lo que no tengo la presión económica. Afortunadamente tengo mi propia casa y soy pensionado por la Junta de Educación del Magisterio, por un cuarto de tiempo, después de trabajar en la Escuela del Valle y en la Universidad Nacional, donde también trabajé durante un tiempo e impartí las clases de Cerámica. Pero aún siento que tengo mucho que compartir. Como ceramista, tengo 6 estudiantes. Nunca he dado clases de música, porque me gusta cantar y hacer música, pero no soy guitarrista y me hago acompañar por mis amigos. Ellos me acompañan con la guitarra, piano, bajo y percusión, para que las canciones puedan sonar diferente.

¿Cómo comparte la faceta del artista con la faceta del educador y padre de familia?

Siempre lo pude manejar bien y encontrar el tiempo para todo. Trabajé en la Escuela del Valle por 27 años y, desde el inicio, gané la confianza de los padres de los estudiantes y de la directora de la institución de aquel entonces, Linda Jorgenssen.

Cuando uno gana la confianza, lo que hay que hacer, es no defraudarla después y me mantuve así durante muchos años.

En aquellos tiempos, en los años 90, hacíamos un festival de teatro, donde presentábamos las obras de diferentes niveles. Hubo obras de 10 minutos, de 15 minutos y hasta de una hora y media. Montamos las obras de Tenessy Williams, entre otros autores e hicimos cosas muy arriesgadas y de mucho reto. Así salimos adelante y estoy muy satisfecho con lo que aporté a los estudiantes.

¿Qué aprendió viviendo en Costa Rica?

Creo que Costa Rica es un país único en el mundo, donde la mayoría de las personas son muy amables, amigables y tolerantes. Son las personas con que se puede conversar y diferir sin necesidad de entrar en la violencia. Esto siempre ha ido mucho con mi personalidad y mi forma de ser. Realmente, escogí el país por eso.

Si hablamos de cultura, no necesariamente que cada costarricense leyera unos 20 libros y que todos los costarricenses puedan disertar sobre cualquier tema. Sin embargo, aquí hay un sentido de civismo, cuando las personas hacen fila, hablan de voz baja y expresan su opinión con respeto.

Para mí, todo esto hace una gran diferencia con otros países donde yo viví.

¿Se siente usted arrepentido por no haber hecho algo en la vida?

No aprendí a tocar piano (sonríe – Revista Pasacalles). Lo intenté varias veces, pero siempre me ha costado mucho. Y por todo el resto estoy muy satisfecho, ya que, hacer cine es un trabajo muy complicado. Es el arte muy difícil, ya que es como si fuera dirigir una orquesta donde hay fotógrafos, vestuaristas, actores, personajes, cocineros, transportistas y otros trabajadores que conviven en un solo proyecto.  

Mi última película es “Semana U” y está disponible en Youtube. Tiene una duración de una hora con 50 minutos y tiene 15 400 vistas. Para mí, es un orgullo, ya que en el cine costarricense es un record. Sin embargo, no fui muy bien recibido en el ambiente de la producción cinematográfica, aunque todas estas personas que han visto la película es la mejor recompensa. Es una comedia y las comedias no siempre son tomadas en serio.

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¿A quién de los dramaturgos internacionales y del pasado le hubiera gustado conocer en persona? ¿Y qué le hubiera preguntado?

Los dos referentes míos en la película “Semana U” son Woody Allen y Pedro Almodóvar. No sé qué les preguntaría, porque todo lo que quieren decir está en sus películas. He visto muchas entrevistas de ellos y me han respondido todas las preguntas. También me gusta el humor patético al estilo de Chejov, cuando el personaje sufre y al espectador le da risa verlo sufrir, donde las situaciones son cómicas pero ridículas.

Sé que, para todos, la situación que estamos viviendo ha sido difícil y me gusta el humanismo.

Para mí, el tema central es el ser humano con sus conflictos, sus deseos y temores, con sus ignorancias. Todo lo que yo escribo, gira alrededor del ser humano y son obras universales.

Cuando presenté “Semana U”, fui a los Estados Unidos y mostré una versión subtitulada en inglés a mis amigos norteamericanos. La disfrutaron mucho y fue la muestra de lo que pasé la barrera de las culturas con mi película y es lo más importante. Sobre todo, cuando la obra es muy localista, ya que se trata de la Universidad de Costa Rica y de los costarricenses.

 

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Selene Jiménez: “El “pura vida” nos mata”

February 01, 2021

Por: Alexandra Ivanova

¿Es posible cumplir un sueño que parece una idea descabellada?

¿Y crear un grupo artístico autosostenible y que se convirtiera en la primera empresa en el cantón, que brinde los servicios culturales a otras comunidades?

¿O tal vez, encontrar una nueva oportunidad en los tiempos cuando la situación en el mundo entero da un giro inesperado y los sueños rotos se encuentran casi en cada esquina?

De todo esto y más conversamos con Selene Jiménez, artista, gestora cultural, fundadora del grupo de teatro Prisma e impulsora de Pulpería Virtual, la empresa que ha ayudado a cientos de personas a obtener su diario sin salir de su casa y a muchos productores locales a llegar al consumidor.

La Cima de Río Nuevo, una comunidad ubicada en una de las zonas montañosas de Pérez Zeledón, fue el pueblo que vio nacer a esta mujer emprendedora. Desde niña, Selene Jiménez Valverde optó no solo por soñar, sino por buscar un camino a la realización de sus sueños.

¿Cómo empezó todo?

“Desde muy joven, de 17 años de edad, empecé a ensayar en el Complejo Cultural con un grupo de teatro que había en aquel momento. Aquellos tiempos eran la florescencia de teatro en Pérez Zeledón. Luego me independicé y decidí continuar con el teatro.

Participé en diferentes puestas en escena con otros directores de la región y de San José. Anduvimos de gira muchas veces con las obras del Ministerio de Educación Pública, basadas en la lectura obligatoria, entre ellas, “Única mirando al mar” y “El Moto”.

Muchos años después me “asenté” en Pérez Zeledón y fundé el grupo artístico Prisma en el año 2006. Por este grupo de teatro ha pasado una gran cantidad de personas, más que todo, los jóvenes. Llegaban ahí por varias razones, tanto por aprender como para tener un espacio para compartir con otros adolescentes y hacer amistades. Hacíamos obras de contenido social.”

¿Quiénes fueron sus maestros de teatro en el Complejo Cultural?

“Empecé a ensayar con Francisco Hidalgo, también trabajé con Arturo Barboza. Después llegaron varios directores a dar capacitaciones y se crearon varios colectivos. Entre ellos estuvo Carlos Bermúdez, quien fue el profesor del Liceo UNESCO.

Trabajábamos mucho en grupos y teníamos una gran responsabilidad sobre el Complejo Cultural, para que estuviera siempre activo, por lo que se mantenían las obras recurrentes. Antes se presentaban más obras de teatro en el Complejo Cultural, había temporadas completas de presentaciones.

También se hacían presentaciones en el anfiteatro del Hospital que fue la cuna del teatro en Pérez Zeledón. Siempre vacilábamos con esto, que el teatro nace en el Hospital de Pérez Zeledón.”

¿Cómo nació el movimiento de teatro en el Hospital Escalante Pradilla?

“Todo empezó gracias al Dr. Iván Moreno Rampani en los años 80. En aquel entonces yo aún era un “cachorro” en esto, pero escuchábamos a las personas que trabajaron con estos pioneros, así como Mariana León, Francisco Hidalgo y Arturo Barboza. Ellos trabajaban con el Dr. Rampani en un grupo de teatro denominado García Lorca, donde solo se presentaban las obras de este autor español.”  

¿Qué proyectos artísticos ha tenido además de Grupo Prisma?

“También soy pintora y trabajo en artes plásticas. Hemos estado trabajando con diferentes grupos creando murales y es lo que me llevó a la gestión cultural. Normalmente, los artistas amamos lo que hacemos, pero la gestión cultural a veces es muy flojita y no siempre recibimos los presupuestos para poder desarrollar nuestra actividad.

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Desde el 2011 yo fui la primera persona en registrar una empresa cultural en la Región Brunca y la tercera persona en el país. Empezamos a vender los servicios culturales a las comunidades y al inicio parecía algo descabellado.

Si ahora se asume que el arte tiene que ser gratuito, hace varios años era todavía peor. La gestión cultural me dio una oportunidad muy importante.”

¿Qué obstáculos ha tenido que superar para hacer realidad una empresa de servicios culturales?

“Estaba recién divorciada, me despidieron del trabajo y tenía problemas emocionales pues debido a esta situación sentía que el mundo se acaba. En medio de esto llegó una amiga y me dijo: “Sé que usted no cree mucho en Dios, pero nosotros venimos a este mundo con todo lo que necesitamos. Nada más piense para qué fue hecha”. Yo pensé que ella tenía su vida hecha y que era fácil opinar para una persona que tenía un trabajo, un esposo y una familia. Pero nunca desperdicio un consejo y siempre lo analizo.

Pasé la noche pensando y decidí ir a preguntar si todo lo que hacía antes, me lo pagarían. Llegué, me acerqué a la compañera de la Municipalidad, Irsa González (q. P. d.) y le hice esta pregunta. Me contestó que tenía que formalizar el proyecto. No sabía de qué tenía que empezar, pero fui a San José y estuve ahí durante 3 días, recibí una capacitación y así ingresé en el Sistema Integrado de Compras Públicas.

Estuve vendiendo mis servicios al Ministerio de Cultura en el campo de producción cultural y aproveché este presupuesto que no era muy grande, para realizar la gestión cultural. Así logramos muchas cosas importantes junto a mi compañera de aquel entonces, Karol Montero, una persona que aportó mucho a la Oficina del Ministerio de Cultura de Pérez Zeledón.

En el año 2019 presentamos una obra de teatro de corte histórico, escrita por mí y denominada “Mujeres de la Región Brunca”, a base de las obras de varios autores. Teníamos que realizar la gira el año pasado, pero la pandemia nos detuvo.”

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La Pulpería Virtual ha sido una de las empresas resilientes del cantón, que han funcionado en los tiempos de pandemia y lo sigue haciendo. ¿Cómo ha sido la historia de este emprendimiento?  

“Desde octubre del 2019 estoy trabajando con la cooperativa ECOS R.L. – la Empresa Cooperativa Autogestionaria de Servicios Profesionales. Empezamos a desarrollar una unidad productiva, denominada Pulpería Virtual. Es un espacio donde los productores locales pueden colocar sus productos y servicios. Facilitamos las ventas a través de la página web.

Iniciamos este proceso en la sala de la casa de mi compañera y con muchas ganas de crecer. Ha sido una oportunidad de crecimiento para nosotras, pero también una responsabilidad más. Por ello, creamos un centro empresarial donde todas las unidades de la cooperativa se reúnen para trabajar. También ofrecemos nuestros servicios mediante las ferias de trueque.”



¿En algún momento pensó dejar la actividad artística?

“Muchas veces pensé que lo iba a dejar y me parecía que esto no tenía sentido, si no había retribución económica. Pero el artista trabaja también por muchas otras razones, sobre todo, llevando un mensaje educativo y social.

Nunca se me olvida cuando nos declararon por la primera vez el país más feliz del mundo y llegué al grupo totalmente indignada. Me senté en el piso donde estaban los estudiantes de teatro y me preguntaron: “¿Qué le pasa, profe?” y dije que estaba muy enojada. “¿A quién le preguntaron? A mí no”. Así decidimos hacer una obra de este tema, ya que muchas personas no estaban de acuerdo con que éramos el país más feliz del mundo.

Sin tratar de ser negativos, empezamos a ver qué nos hacía el país más feliz del mundo y qué no. La conclusión es reconocer que en este momento no lo somos, pero podemos llegar a serlo.

El problema de muchos costarricenses es que el “pura vida” nos mata. A veces el tico va cayéndose a un hueco y si le preguntan cómo está, responde con alegría que “pura vida”. Por ello, el índice de felicidad no puede generalizar a todos.

Por otro lado, la frustración que ha generado la pandemia en todo el mundo, está reventando en este momento. El índice de suicidios ha subido, lo mismo que el de la depresión y estamos enfrentando muchas cosas a la vez, entre ellos, los problemas económicos y la limitación para salir.

Sin embargo, también veo el lado positivo a la pandemia, ya que hicimos un gran salto a la virtualidad que nos ha costado por lo menos 15 años, ya que no estábamos adaptados para esta forma de estudiar y trabajar. También es una oportunidad para los artistas. Mientras tanto, en medio de la pandemia, la Pulpería Virtual cumplió un año de fundación.”

¿Ha recibido algunos estudios específicos en Gestión Cultural?

“Siempre recibí capacitaciones en los entes gubernamentales, organizaciones sociales y agrupaciones internacionales, ya que las oportunidades hay que buscarlas. Creo que he sido una de las personas privilegiadas para vivir el cambio, porque desde que estaba en el colegio, estudié computación. Sin embargo, la modernidad va cambiando muchos conceptos y hay que estar en el constante aprendizaje.

La pulpería es un ejemplo muy claro, porque sí soy artista, pero tuve que aprender a usar los programas de facturación y el manejo de sitio web, aunque no soy una experta en ello.

También estudié la Gestión Cultural en México y Chile a través de las plataformas virtuales y ha sido una experiencia muy interesante.”

¿Qué diría a las personas que están pasando por una situación difícil?

“Antes que todo, que busquen a las personas que les apoyen. En este momento más que nunca, pese al virus, tenemos que estar unidos, ya que somos seres colectivos y nuestra especie ha evolucionado gracias a la colectividad. Aunque cada persona tiene su individualidad, tenemos que trabajar en común pues somos tribus, somos familias, somos grupos.

Tengo mi pareja, mi familia y mis amigos. La colectividad tiene que ver con las personas que una persona escoge y es importante que sean positivas, pero a la vez sinceras para decirle a uno si tiene algo que cambiar.

Una persona que siempre dice que sí, tampoco aporta nada, ya que es necesario ver a qué hay que decir que sí y a qué no.

Para ganarme el sustento, trabajé en una ferretería, en limpieza de pisos, también tengo un certificado en desinfección hospitalaria y trabajé en el Hospital Escalante Pradilla. Además, fui cocinera y la cocina es otro oficio que me encanta. Por ello, siempre digo a mis alumnos que todo lo que uno aprende en esta vida, en algún momento lo va a usar, sea limpiar, planchar o cocinar. También fui a coger café.

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Creo que no hay trabajos demasiado humildes, ya que en este mundo hay que ser capaz de dormir en el suelo y dormir en un hotel de cinco estrellas.”

¿Cómo el Grupo Prisma ha enfrentado la pandemia?

“Como grupo hemos sufrido unas bajas, ya que varios integrantes salieron del país y se fueron a sus países de origen. Las personas de otros países fueron una de las riquezas que teníamos en nuestra agrupación. Esperemos que la pandemia pase y todos regresen.

También estamos trabajando en un proyecto divertido, un canal de TikTok, creando publicaciones y aprendiendo a usar esta herramienta. Es muy difícil crear un contenido interesante entre tanta información que abunda en el mundo virtual, pero continuamos trabajando y seguimos en contacto por medio de las redes sociales.”

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Luis Alberto Monge: “La vida es de un solo viaje”

October 02, 2020

Por: Alexandra Ivanova

Para muchas personas, la pandemia de COVID-19 se ha convertido en una verdadera prueba de resistencia emocional. Sin embargo, ha sido un reto mayor para las personas que tienen que recibir un tratamiento específico para llevar la vida normal, ya que viven con diagnósticos psiquiátricos.

No obstante, Luis Alberto Monge Abarca, quien padece de Trastorno Bipolar Afectivo, asegura que la mejor forma de enfrentar la situación es mantener la tranquilidad. Don Luis no solo aprendió a vivir con su enfermedad, sino también se realizó como educador, escritor y autor de varios inventos tecnológicos.

Desde joven, don Luis ha presentado cuadros depresivos y ataques de ansiedad, lo que le impidió terminar sus estudios en el extranjero.

“Las causas de la bipolaridad aún no están determinadas. Algunos especialistas creen que es una condición genética. El problema que tengo, es un desorden en el espectro afectivo”, dijo Monge.

Según contó el adulto mayor, en el transcurso de su vida ha experimentado dos formas de las crisis emocionales. “Los altibajos emocionales pueden llevar a niveles increíbles y en algunos casos, tienen que ser tratados con medicamentos. Las pastillas me ayudan a bajar la velocidad del pensamiento y me llevan a la normalización. Pero cuando llego a los picos altos, es muy probable que después lleguen los picos bajos, o sea, la depresión. En estos momentos, una persona pierde toda la capacidad creativa”, explicó don Luis.

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No obstante, en los tiempos cuando se logra controlar la enfermedad, Monge fue autor de varios inventos tecnológicos, reconocidos por el Estado, inclusive el sistema de regulación de la descarga de agua en el servicio sanitario.

“Cuando me siento mal, me encierro en mi casa y siento miedo a salir. En estos momentos, paso viendo televisión y leyendo desde la computadora. En los momentos de la depresión, tengo que acudir a un psiquiatra y tomar los medicamentos anti depresivos que me ayudan a volver a la normalidad. Es muy importante siempre recibir la asistencia profesional y el apoyo de la familia, para no llegar a los cambios bruscos. Como ser humano sociable, dependo de mis acciones”, añadió el adulto mayor.

Sueños rotos se lograron cumplir

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Monge, asegura que la enfermedad truncó algunos de sus sueños y uno de ellos fue estudiar Economía en Europa.

“En los años 70 fui a estudiar a Polonia y se me presentó una crisis. Me tuvieron que internar en el hospital, donde me tuvieron amarrado, porque los doctores no entendían mi idioma y no me dieron los medicamentos que necesitaba”, comentó el educador pensionado.

Para don Luis, no solo fue un fracaso sino también una gran experiencia de vida. “En este viaje crucé el Atlántico cuatro veces. Tenía una beca del Partido Vanguardia Popular y de parte de los polacos, hubo un compromiso de que, si un estudiante se enfermaba, un médico lo tenía que acompañar a su país. Por ello, un doctor me acompañó hasta el Aeropuerto Juan Santamaría. Aquí me recibió mi familia y luego me internaron en el Hospital Psiquiátrico de Costa Rica”, contó Monge.

Recordó que pasó 15 días en el centro médico y empezó a volver a la normalidad paso a paso, aunque no fue fácil.

“Caminaba por las calles de San Isidro de El General, hablando ruso, ya que también visité la Unión Soviética y estudié un poco de este idioma con algunos compañeros”, añadió don Luis.

“Las personas que no conocen mi condición, no me pueden tratar de manera adecuada pues mi reacción tampoco es adecuada y puede ser agresiva. Cuando estoy en una aceleración, puedo ser muy creativo, pero en una depresión todo es un problema”, destacó.

A pesar de la enfermedad, don Luis terminó sus estudios en Costa Rica y logró tener una vida profesional plena y se desempeñó como profesor de Contabilidad.

“Terminé mis estudios de secundaria en el Liceo UNESCO y el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria. Luego trabajé con varias instituciones del Gobierno y pasé a laborar en el Colegio Técnico Profesional San Isidro, donde tuve la oportunidad de estudiar en el Centro de Investigación para el Perfeccionamiento de la Educación Técnica”, dijo Monge Abarca.

A inicios de los años 80, don Luis obtuvo el título de profesor de Estado con énfasis en Contabilidad. Durante los fines de semana, el educador estudió en Alajuela y regresaba a practicar en el Colegio Técnico, donde impartía clases de Estadística, Matemática y Matemática Financiera.

“Esta fue una gran oportunidad, porque logré obtener la misma profesión con que soñaba en Polonia, pero estando arrodeado de mi gente y hablando en mi idioma”, expresó Monge.

Don Luis, recordó que le gustaba mucho interactuar con los estudiantes y respondía sus preguntas cuando se encontraba con ellos en un autobús.

Consultado sobre la forma de convivir con su enfermedad y a la vez, trabajar con los estudiantes, el educador pensionado contestó que la mejor manera de hacerlo fue ser él mismo.

“Lo logré siendo yo; también, tenía responsabilidades y contaba con las herramientas necesarias, por lo que logré salir adelante. También fui coordinador del área de Contabilidad. Las reuniones con mis compañeros también me daban muchas fuerzas. Mi historia laboral ha sido una gran experiencia de vida, ya que me permitió disfrutar la vida”, agregó el adulto mayor.

El educador, también recordó que, en los momentos de la depresión, les decía a los estudiantes que el problema no era ellos.

Dando cara a la pandemia

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Para don Luis, la mejor forma de enfrentar la pandemia, es mantener la tranquilidad y seleccionar la información que recibe todos los días de diferentes medios y no dejarse llevar por el temor.

“Las personas se sienten muy tensas, debido al exceso de la información que a veces no es veraz. Además, la pandemia ha producido un gran aumento de desempleo. Para mí, la tasa de desempleo es mucho más alta de un 20%, ya que hay muchos empleos informales”, dijo Monge.

A pesar de la necesidad de cumplir con la cuarentena, el adulto mayor asegura que se ha sentido tranquilo y ha tratado de cumplir con las recomendaciones de las autoridades. Además, vive acompañado de sus tres hermanas quienes también son adultas mayores.

“Pienso que la vida es de un solo viaje. Una persona nace, crece, se reproduce y luego se va y ya no regresa. Solo nos queda aceptarlo”, concluyó.

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Leslie Gabriels: deportista y cantautor abre faceta al mundo literario

August 31, 2020

Por: Alexandra Ivanova

¿Es difícil dar un giro de 180 grados a tu vida y cambiar de profesión y oficio y mucho más, hacerlo con éxito? Para Leslie Gabriels Binns, no ha sido una tarea imposible. Después de su paso por el mundo deportivo, ganó terreno en el ámbito musical y, este año, abrió la nueva faceta a la literatura, con su novela “Las montañas oscuras”.

A finales de los años 70, clasificó para los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero no pudo asistir a la competencia. No obstante, vio triunfar a sus hijos, Hanna Gabriels, quien fue Campeona Mundial de boxeo y Windell Gabriells, jugador de fútbol de I División.

La lucha por sus sueños y objetivos, la resistencia a los perjuicios xenofóbicos y racistas y el papel del legado familiar en la formación de una persona, de todo esto el artista conversó con la Revista Pasacalles.

¿Quién es Leslie Gabriels?

Nací en Turrialba y me crie en la casa de mis padres en las faldas del volcán Turrialba. Hablo de las montañas siempre, porque me encantan; además, aquí en Pérez Zeledón las montañas son aún más lindas.

Fui jugador de fútbol y luego fui boxeador, así pasé toda mi juventud. Para luego, pasaron los años, me casé y me hice más maduro. Participé en un concurso de canto y lo gané. Una compañía me contrató y me convertí en cantante de noche a la mañana.

Pasó un tiempo y me di cuenta que puedo escribir canciones, por lo que empecé a componer mis propias piezas musicales. Algunas tuvieron relativo éxito.

Durante todo este tiempo, siempre me ha gustado escribir y muchas veces escribí a escondidas. Cuando llegué a Pérez Zeledón, tuve el espacio para hacerlo y comencé a escribir el libro, hasta que llegué a publicarlo con la ayuda del Dr. Ronald Pittí.

¿De dónde viene su pasión por la música?

Mi padre era muy buen bailarín y cantante, siempre le había gustado la música. Siempre caminé al lado de él y estábamos juntos. Mi padre era de la descendencia francesa por parte de mi abuelo, mientras que los abuelos por parte de mi madre eran de las raíces jamaiquinas. Nuestra familia es toda una mezcla rítmica y de color. También hay personas blancas.

No sabría decir, de quién más heredé las habilidades artísticas y deportivas.

En mi vida he hecho muchas cosas mal y espero que la novela sea muy buena.

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¿Qué lección más importante aprendió de su pasado deportivo?

He estado jugado fútbol durante toda mi vida. De joven estuve en la sección juvenil, luego jugué con el representativo de Turrialba en I y II División. Pero me gustaba más boxear que jugar fútbol, por lo que me incursioné en este deporte y llegué a ser campeón Nacional y Centroamericano.

Peleé en muchos países, desde México hasta Colombia, de los 60 combates gané los 54.

La lección más importante que saqué de mi pasado deportivo, es que mis hijos han seguido mi ejemplo y también son deportistas.

Ahora Hanna es campeona Mundial y Windell jugó con la Asociación Deportiva Municipal de Pérez Zeledón y la Liga Deportiva Alajuelense.

¿Cómo ha sido combinar el papel de la figura pública con el rol del padre de familia?

No sé, cómo pude hacerlo. Pasé los momentos tremendamente dramáticos. Además, no sabía cómo comportarme ante una muchedumbre cuando estaba en el escenario pues en el boxeo, si vas a ver al público, te van a pegar.

Los problemas familiares que me trajo la música, fueron muchos celos, ya que hay que asistir a muchas actividades, visitar muchos lugares y compartir con muchas personas diferentes, lo que no es nada fácil.

¿Qué es lo que más ama usted de su vida como músico?

Amo ser compositor. Uno puede hacer sus canciones propias que quedan para siempre. Como músico y cantante, un artista puede pasar toda la vida interpretando las piezas ajenas, pero un cantautor crea su propia canción. Si tú te mueres, tu canción sigue. Uno no se muere, si las canciones sobreviven a uno.

¿De qué se trata la novela “Las montañas oscuras”?

La novela está ambientada en el año 1885 y cuenta la historia de un dueño de una gran hacienda, quien tenía esclavos negros.

Un día un esclavo negro le salvó la vida y él comenzó a pensar de por qué los trataba tan mal y les habían salvado la vida en el momento en que hubieran podido quedar libres.

Luego empieza una transformación de 352 páginas, cuando un blanco aprende a respetar al negro y el negro comienza sentir cariño por el blanco. Se convierten en amigos y se narra la historia de tres generaciones de la familia.

¿Es una historia de la vida real?

Es una historia ficticia y no tiene que ver nada directamente con mi familia. Pero en mi familia hubo esclavos. Mi abuelo nació en los años 1800 y llegó a Costa Rica casi como un esclavo.

Empecé a escribir esta historia, cuando llegué a Pérez Zeledón, ya que las montañas de aquí han sido una gran inspiración.

Antes escribía algo, pero pasó un accidente y se quemó. Sin embargo, aquí es donde me nació la idea de una historia de los esclavos negros que huían por las montañas oscuras. Además, yo vivo en las montañas oscuras. Aunque algunas veces me dijeron que este nombre no sirve para la novela, no lo voy a cambiar. Tengo muy claro lo que quiero y uno logra cumplir con el objetivo, si cree que tiene la razón.

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¿Usted y su familia han tenido que enfrentar el racismo en algún momento de su vida?

Claro que sí. Lo que sucede, es lo que esto se tiene que superar con inteligencia. También, con las respuestas adecuadas y con valentía.

¿Le habían dicho que no se puede hacer una u otra cosa, porque es “negro”?

Claro que sí. En mi pueblo donde yo nací, no podía tener una novia blanca. Estamos hablando de los años 70 y casi la matan porque me dio un beso. Lo que pasa es que me quería seguir dando besos y yo no me quitaba (se ríe)…

¿No se ofende si le dicen “negro”?

¡De ninguna manera, es que soy negro!

¿Y de otra forma, cómo me podrían decir?  Para mí, no es la cuestión de color sino de raza.

El negro es de color oscuro y con el pelo rizado y es lo que distingue a una persona. En algún momento me contaron de que, si una persona blanca tiene cabello rizado, esto significa que hubo negros en su familia en el pasado, lo mismo que si tiene los labios gruesos.

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 ¿Algún mensaje para los lectores de la novela?

Humildemente digo que es mi primera novela y me gustaría que la lean y que la puedan adquirir. Es una novela muy extensa y tiene un costo de 14 mil colones. Para adquirirla, me pueden contactar al número +(506) 8865-6796.

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Andrea y Pablo Romero Barboza: “¡Les invitamos a tardear!”

July 13, 2020

Por: Alexandra Ivanova

Hermanos Andrea y Pablo Romero Barboza, autores del proyecto de comunicación cultural TardeArte, trabajan rescatando la cultura en el cantón generaleño; además, organizan actividades culturales con la beca del Ministerio de Cultura y Juventud.

Con la llegada de la pandemia, estos jóvenes comunicadores continúan realizando entrevistas con los artistas y emprendedores locales.

Con una gran pasión y dedicación, los hermanos Andrea y Pablo Romero Barboza están trabajando por rescatar la cultura generaleña y brindar el apoyo a los artistas y emprendedores locales, mediante su proyecto de comunicación cultural, Revista Cultural TardeArte, que nació como un programa radial y luego se trasladó a las redes sociales.

Para Andrea, quien terminó sus estudios de Bachillerato en Administración y Pablo, quien está cursando la carrera de Enseñanza de Inglés, el arte y la cultura siempre han sido una gran parte de su vida.

“La pasión por la radio nació porque nuestro papá y nuestra mamá trabajan en la radio desde hace muchos años, lo mismo que nuestros tíos por ambos lados de la familia y nuestros hermanos. Crecimos escuchando a algún familiar en la radio, una transmisión o practicando algún texto. Por ello, crecimos con mucho respeto y cariño por la radio como medio de comunicación.

Cuando llegamos a la adolescencia, tuvimos una oportunidad en la Radio Sinaí. Empezamos a probar y nos gustó mucho esta experiencia; en aquel entonces, yo tenía 15 años y Pablo tenía 14 años de edad”, contó Andrea.

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“La primera experiencia fue un espacio creado por nuestro tío, director de teatro Arturo Barboza, en la Radio Sinaí. Él nos llevaba a leer una reflexión o un escrito una vez por semana en la noche. Así nos empezamos a “foguear” en el mundo de la radio,” agregó.

“Recuerdo que leía las notas históricas y la primera fue dedicada a Santiago Bernabeu, para recordarlo como persona que era”, añadió Pablo.

Nacimiento del proyecto cultural

La Revista Cultural TardeArte nació en febrero del 2017, cuando los jóvenes comunicadores ya tenían 7 años de varias experiencias en la radio, entre ellas, la transmisión de las carreras de atletismo y partidos de fútbol, hasta que se les presentó la oportunidad de crear este espacio en la Radio Cultural y luego, en redes sociales.

“El nombre se debe a la palabra “tardear”, cuando las personas ven al parque a descansar un rato, por lo que este es un espacio de una tarde dedicada al arte. Hemos tenido el apoyo no solo de nuestros papás, sino también de otros familiares, ya que venimos de una familia artística”.

“Desde niños, Andrea y yo asistimos a las actividades que se realizan en el Complejo Cultural y tenemos las fotos cuando teníamos 4 o 5 años de edad, sentados en este recinto. Luego empezamos a participar de los recitales de poesía y decidimos que el arte es lo que nos gusta”, explicó Pablo.

La familia de TardeArte, está integrada no solo por los dos hermanos, aunque ellos son los encargados de las entrevistas, la edición de los videos y la busca de los invitados.

“En nuestro equipo hay más personas, así como nuestra mamá, Lidia Barboza, quien nos ayuda mucho con diferentes ideas, también a asistir a los eventos donde hemos ido, nos colabora también con la parte logística. Por su parte, nuestro hermano mayor, Andrey y su esposa Susana nos ayudan con la difusión y promoción. Nuestro tío, Arturo Barboza, también comparte nuestro contenido pues la familia es nuestro equipo más cercano”, agregó Andrea.

En el transcurso de tres años, TardeArte recibió más de 300 invitados, entre ellos, artistas, gestores culturales, deportistas y emprendedores generaleños.

“No estudié periodismo, porque no contemplé cuando tenía la edad cuando empecé a estudiar en la universidad. En aquella etapa de la vida, no me lo creí y no tuve suficiente confianza en mí misma. Por ello, empecé a estudiar administración y cuando me involucré en el mundo de la comunicación, decidí terminar el bachillerato. Ahora siento que es un buen complemento a lo que hago,” comenta la comunicadora cultural.

Eventos culturales en San Isidro de El General

El año pasado, el proyecto TardeArte participó en el certamen Puntos de Cultura de la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud y fue ganador de una beca para la realización de varios eventos culturales en el cantón.

“Presentamos un proyecto, utilizando nuestra experiencia y conocimientos.

La idea es rescatar los espacios municipales, destinados al arte y cultura, dar a conocer su historia y volver a estos lugares desde las perspectivas de diferentes personas. Un señor que viene a hacer sus compras en el Mercado, el artista que necesita de un espacio en el Complejo Cultural o los escritores que se reúnen en la biblioteca, todas estas personas tienen que acceder a estos espacios.

Tuvimos la suerte de ganar la beca y ahora estamos en ejecución”, comentó Pablo.

Dentro de este proyecto, ya se realizaron los eventos denominados Mercado Vivo y la Biblioteca Abierta.

“Mediante estas actividades, abrimos los espacios para los artistas locales; también, daremos a conocer más los lugares que por el momento están un poco abandonados y tienen que estar más abiertos al pueblo”, concluyeron los jóvenes.

Con la llegada del COVID-19 al país, los hermanos buscaron asimilar la nueva realidad y adaptarse a ella.

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“Con la llegada de la pandemia, nos dedicamos a hacer las entrevistas en línea. Si antes lo hacíamos de manera presencial, ahora lo coordinamos mediante las plataformas virtuales. También tratamos que sean accesibles para los entrevistados y este ha sido el cambio más drástico que hemos tenido que hacer”, dijo Pablo.

Cabe mencionar que la tercera actividad que se tenía que realizar en marco de esta iniciativa, fue un conversatorio con los familiares del personaje cuyo nombre lleva el Complejo Cultural de San Isidro de El General.

“No pudimos realizar la última actividad que teníamos programada, se trata de un conversatorio con los familiares de don Alfonso Quesada Hidalgo. Ahí hay muchas personas mayores y es la categoría de población de alto riesgo. Por ello, estamos realizando una documental sobre Alfonso Quesada y hacemos las entrevistas a las personas que lo conocieron y utilizaron el espacio donde ahora se ubica el Complejo Cultural”, contó Andrea a la Revista Pasacalles.

 

 

 

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