Por: Alexandra Ivanova/José Andrés Valverde
Hace 5 años lo encontramos en el salón de la Casa Sinaí, con su trompeta y las ganas de luchar por ser él mismo a través de las adversidades…
El domingo 11 de julio, Cuba ha sido sacudida por la mayor protesta que se ocurrió en este país en los últimos 60 años.
Las protestas empezaron en la ciudad de San Antonio de los Baños, en el suroeste de La Habana y se extendieron por todo el territorio de la isla. La crisis socio económica en la cual está sumergido el país, lo mismo que la falta de medicinas y alimentos, según los manifestantes, agotaron la paciencia de miles de cubanos que se lanzaron a las calles en más de 20 localidades del país, según lo informa BBC News Mundo.
Recibiendo la noticia de los momentos turbios que se están viviendo en el país caribeño, recordamos de las decenas de migrantes cubanos que abandonaron su patria en el año 2016, en busca de una vida mejor. San Isidro de El General fue uno de los puntos en su camino.
En las instalaciones de Casa Sinaí, que albergaron a los migrantes por varios días, la directora de la Revista Pasacalles conversó con el músico Israel Romo Lazo.
¿Qué antecede a los hechos que se están viviendo hoy en la región? ¿Qué significa ser músico en los tiempos difíciles? Conózcalo a través de la historia de un artista que un día nos compartió un poco de sus recuerdos, pensamientos y sentimientos.
Don Israel, cuéntenos un poco de su trayecto como músico. ¿Cómo nació esta vocación por la música?
Yo diría, más bien, que detrás de cada cubano hay arte. Decir “cubano” es sinónimo de decir arte y todos llevamos impreso en el ADN lo que es el ritmo, entonces, desde pequeño me incliné hacia la música, sentí que eso era algo que me llenaba por completo.
Desde muy pequeño empecé a tocar en las fiestas de familia, pues siempre o bien con una cuchara y un jarrito, o una caldera, buscando la manera de que en estas fiestas haya un poco más de ritmo. Por ello, mis padres se fueron dando cuenta de que yo tenía un don y me dieron todo el apoyo.
Empecé a incursionar en todos los programas de la Casa de la Cultura de Cuba, hasta que ya ingresé a la Escuela de Arte un año después de que terminé mis estudios de secundaria básica. Entré a la escuela de instructores de arte, donde cursé por cuatro años y me gradué en el año 1989 y ahí, automáticamente, de haberme graduado, salí a hacer mis dos años de servicio social. Esto ayuda mucho porque ya aplicas en la práctica lo que es trabajar y dar clases y la docencia, es una experiencia muy bonita. Después de que terminé estos dos años de servicio social, me dediqué a ser músico profesional, que realmente era lo que me gustaba: hacer la música.
¿En su familia ya había otras personas que tocaban algún instrumento?
Tengo familiares que tocan instrumentos, pero lo hacen empíricamente. Tenía un tío abuelo, un hermano de mi abuelo, que tocaba la guitarra y era repentista; repentista es una persona que era capaz de hacer décimas de rima, jugar con la rima, esto es por parte de mi mamá.
Por parte de mi papá, hay un tío de mi papá que tocaba el “tres” cubano, pero, como ya le digo, todos eran empíricos, igual que otro tío, hermano de mi papá, que toca el bongó, pero muy empíricamente, es decir, de estudios como profesional creo que soy el único en la familia.
Existe un estereotipo sobre los cubanos, de que son muy alegres, que siempre hay mucha música, canto, baile… ¿Qué opina usted sobre eso… usted que nació y creció en este país?
Verdaderamente, tienes toda la razón. Cuba es un país donde se respira y se transpira el arte. El arte en todas las manifestaciones, la música, el teatro, la danza, las artes escénicas, Cuba es pura alegría, Cuba es un país donde detrás de cada cubano hay arte.
Somos una mezcla, porque tenemos de todo. Tenemos la herencia de los africanos, haitianos, también de los españoles por su conquista, pero tenemos también las raíces de los indígenas nativos que vivían antes de los españoles. También tenemos algo de los asiáticos y los norteamericanos.
Esta mezcla es lo que nos ha dado, quizá, la facilidad para que el cubano tenga impresa esa manera de vivir la vida bien alegre ante cualquier circunstancia, ante cualquier cosa, que quizás donde un europeo pensara en el suicidio, el cubano lo que hace es reírse, por eso, tenemos un dicho: “El cubano es el único ser que se ríe de su propia desgracia”.
Es porque realmente podemos estar pasando por un momento muy desagradable y a la vez, cogemos ese momento y lo convertimos en un momento de alegría, en un momento que otra persona diría: “Pero me falta como un tornillo, ¿no?”
¿De qué surge la decisión de abandonar su patria?
Mira, no es menos cierto que Cuba, eh, como todo, está atravesando los tiempos muy difíciles. Yo nací durante el proceso revolucionario, hace 43 años (para el 2016 – Revista Pasacalles), por lo tanto, no conocí en físico lo que vivía Cuba antes, pero sí conozco la historia.
En Cuba la revolución llegó en un momento que era necesario, o al menos los que estaban viviendo esta etapa, querían un cambio, pero, en sus primeros años se lograron cosas y, como toda revolución, ya después, desgraciadamente, pasó de ser una revolución a convertirse en una dictadura donde hay un gobierno que está perpetuado en el poder por más de medio siglo.
Como bien se sabe de las dictaduras, hay una serie de cosas que no funcionan porque los que están en la cúpula empiezan a pensar más en el bienestar de ellos que el del pueblo. Desde hace años se hace bien difícil vivir bajo esta dictadura, porque el país tiene muchos problemas políticos que repercuten en problemas económicos.
Al tener una política cerrada, el país se convierte en una economía cerrada, y al tener una economía cerrada, automáticamente, no tienes cómo vivir y cómo existir.
En el caso del arte, yo diría, que según se registra en la historia, todas las dictaduras lo habían hecho, la dictadura siempre prioriza al sector artístico. Ahí tenemos el caso de la dictadura de Hitler, cuando Alemania llegó a tener un nivel cultural altísimo. También lo tenemos en la dictadura de Stalin, en Rusia que hoy por hoy es valorada por su arte.
Todas las dictaduras se enfrascan en trabajar a fondo su cultura, pero no es menos cierto que también hay mucha censura, entonces, para un artista, llega un momento en que te ves limitado, porque quieres hacer cosas, o pretendes hacer cosas o incursionar en cosas nuevas, pero tienes un límite, tienes un tope, donde el gobierno o la dictadura te dice: “Hasta aquí puedes llegar”. Y de ahí no pasas ya.
Los artistas siempre somos personas muy inconformes, es decir, siempre queremos más, siempre estamos reinventando y buscando la manera de cómo hacer algo nuevo. Por ejemplo, un pintor puede estar hoy pintando algo de su tema, pero mañana quiere reinventarse y plasmar otra cosa, pero la dictadura lo frena. Cuando llega un momento en que quieres expresar a través de tu arte lo que estás viviendo… Porque la cultura es esto, es el mejor método de expresión de la sociedad, o sea, nosotros los artistas estamos para expresar lo que el pueblo no puede expresar.
Entonces, cuando quieres expresar la realidad que está viviendo la sociedad, porque lo sientes, porque también eres parte de esa sociedad, chocas con el muro de que hay un gobierno que te limita y te dice: “no”, y si tú no lo haces es donde empiezas a ser censurado, enjuiciado, de ser un gran artista te puedes convertir en nada, puedes dejar de ser todo lo que eres.
Por todas esas inquietudes que tienes como artista y todos esos sueños que no puedes lograr, eso es lo que te lleva y te incita a la migración, a salir a volar, y quiero ver qué tan fuerte es el vuelo, qué tan grandes son mis alas.
Este es en mi caso, creo que este fue el motor para salir. Es el primer objetivo y el segundo objetivo que toda migración tiene, aparte de otros temas que hemos hablado, está el tema de la economía, donde te sea más factible darles a los tuyos un nivel de vida más digno.
Por ello, te motivas también por eso, porque sabes que llegarías a un país que, como todos sabemos, no es la maravilla del mundo, porque, desgraciadamente, la maravilla del mundo no existe, pero sabes que vas a llegar a un poco más de posibilidades y oportunidades, y que, si lo logras o no logras, ya es algo que es un futuro, el futuro es impredecible, pero por lo menos, lo sueñas y nadie te va a limitar del sueño, nadie te va a decir: “no, hasta aquí tienes”.
¿Se puede recordar algo que sea un ejemplo de cuando usted se sintió así, con las posibilidades limitadas?
Si te das cuenta que todo marcha sobre un tema, todo marcha sobre el hecho de que todo es restringido en Cuba, todo es ilegal en Cuba. Hablando de mi caso, yo soy artista, pero lo mismo le puede suceder a un simple trabajador, un electricista que, a lo mejor, tiene un gran potencial, un ingeniero eléctrico, que quizá tiene varios proyectos, pero, desgraciadamente, si esos proyectos no estén aceptados por el sistema, este ingeniero hasta ahí va a llegar.
Es decir, todo es limitado. Se habla de la apertura, pero realmente no las he visto, no las he notado, creo que las pocas aperturas que pueden haber hecho son para los beneficios de la misma dictadura, pero no para el mismo cubano.
Quizá estoy equivocado, pero es mi punto de vista, porque miras y te das cuenta de que el 17 de diciembre del año 2015, se cumplió un mes desde el establecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, pero…
¿Qué ha pasado con el cubano? Todo sigue igual, sigue viviendo igual, sigue viviendo sin sueños, sigue viviendo sin futuro, sigue ahí como parado en el tiempo mientras que se han hecho cosas, el gobierno norteamericano ha levantado una cantidad de restricciones que había sobre la isla, y sabemos que los cambios no son de verlos de hoy para mañana, pero hay muchas cosas que pudieran ya cambiarse y no se cambian porque no es de interés para la dictadura.
¿Qué instrumento toca usted?
Mi especialidad es la trompeta, pero, como le decía, estudié en la escuela profesional de instructores de arte, y en esta escuela tienes que estudiar los instrumentos complementarios, entonces, aprendes a tocar el piano, la guitarra, los instrumentos de percusión, aprendes sobre armonías, polifonías, contrapuntos, solfeo, teoría de la música, historia de la música, entonces, aparte de la trompeta, domino o tengo un conocimiento básico de lo que es el piano, la percusión, la guitarra y, es decir, más o menos toda la gama de todo lo que son los instrumentos según sus familias, los de percusión, de viento y los de cuerda.
¿Y solo interpreta o también es cantautor?
Tengo una que otra cosita escrita pero no me considero para nada ni compositor, ni mucho menos cantautor. ¡Con esta voz, creo que no me ganaría ni un centavo cantando! (Se ríe – Revista Pasacalles). Sí tengo el conocimiento de lo que es la entonación, la afinación y la técnica de canto, porque también hay una asignatura que se llama Dirección Coral, donde aprendes la técnica coral, pero no es para ejercer.
Por ahí, como decía, tengo alguna que otra obra pequeña, alguna orquestación, un pequeño arreglo, pero no es mi fuerte. Realmente, mi fuerte es ser músico ejecutor, es decir, ejecuto con mi trompeta y plasmo, trato de decir lo que un director plasma en una partitura.
¿Siente usted algo diferente a la hora de tocar?
Por supuesto. Cuando un músico o un artista ama lo que hace, desde la hora en punto que subes a un escenario, es como que si te teletransportaras, dejaras de estar en este mundo y pasaras a otro mundo, vas a otro novel dónde estás tú, el instrumento y la música.
No existe nada más, se puede estar destruyendo el mundo a tu alrededor, pero no eres capaz de darte cuenta, porque estás entregado por completo y eso te sumerge por completo, ahí es donde te das cuenta de puedes ser tú mismo a un 100%.
¿Y cree usted que un artista tiene una mentalidad diferente, una forma de pensar diferente que cualquier otra persona?
Sí. Hasta cierto punto, yo diría que el artista tiene sus momentos emocionales. Esos momentos emocionales que vives con la misma música, con la misma profesión, son los que las demás personas interpretan como una locura, pero realmente no estás loco, estás más cuerdo.
Nunca un artista estuvo más cuerdo que cuando está en este momento, pero el que no es capaz de entender porque no conoce el mundo, no está dentro del mundo, ve estas actitudes y no las puede explicar.
Pero no es menos cierto que detrás de un artista está el bohemio, porque por suerte y por desgracia, el mundo artístico es el mundo bohemio, van de la mano, no existe arte si no hay bohemia, y no hay bohemia si no existe el artista, entonces, eres bohemio, eres de la noche, ya tu vida por ley no puede ser como es la de los demás.
Cuando me refiero a los demás, me refiero a un 80% de la población mundial. ¿Cuál es su vida? Se levantan en la mañana, salen a su trabajo, hacen su jornada de 8 horas, regresan a casa, hacen los quehaceres de la casa y a las 9 o las 10 de la noche ya están durmiendo.
¿Es difícil convivir con un artista?
Es bien difícil porque somos raros.
¿Qué recomienda usted, por ejemplo, a las personas que se están relacionando con un artista, piensan formar una familia con un artista?
¿Qué les recomiendo? Primero que todo, saber que el artista es pasión, que no les va a faltar la pasión, van a tener a su lado a un ser, - ya sea hombre o mujer - que va a llenar a esta otra persona de mucha pasión, pero que esa pasión también necesita ser alimentada y necesita ser entendida.
La pareja de un artista tiene que ser alguien que tiene un nivel de comprensión muy alto, porque como vemos y hablamos ahorita, los artistas casi siempre solemos tener nuestro momento de depresión.
Son depresiones emocionales artísticas, porque chocamos con las cosas de este mundo que son las incomprensiones hacia el artista. Si analizamos la historia, nos damos cuenta de que, para mí, unas de las grandes leyendas íconos de la música clásica, entre ellas, Mozart, fueron incomprendidos en su tiempo. Se le tildó de loco, de déspota, pero Mozart era un genio.
Estamos hablando de una persona que era genio, que tenía un don que no podía tener nadie más en aquella época, por lo que las personas no lo entendían y le toco vivir todas estas emociones. Por ello, Mozart tiene su final, como todos sabemos, que es una muerte bien fea, dolorosa, abandonado en la miseria, muere de tifus, sin tener dinero para sufragarse sus medicinas. Lo mismo pasó con Beethoven y lo mismo sucedió con Van Gogh en la pintura.
El artista siempre ha sido un incomprendido, entonces, a la pareja de un artista le toca mucho no dejarse llevar por esa gran mayoría y no pensar como la gran mayoría, sino pensar cómo piensa el artista, meterse en su mundo y ser partícipe de su mundo.
No es pensar que si tiene a su lado un músico, que si va a ir a tocar y que lo que va a hacer es andar en jergas, en amoríos, tragos, es decir, no existe excepción a la regla y todos sabemos que hay músicos que son así, pero no todos somos así, y realmente tenemos un mundo que se nos hace bien difícil.
Antes que todo, es el tema de los horarios, porque cuando la pareja llega a casa, tú estás de salida, y cuando tú llegas a casa, ya la pareja está de salida, entonces, la convivencia en familia se hace bien dura, bien difícil y toca mucho a la pareja ser muy consciente, muy comprensiva. Es porque el artista nació para eso, ya que el artista se nace, no se hace.
Y en cuanto al significado de la cultura y el arte en general, ¿Qué papel está jugando en la vida de toda la humanidad?
La cultura y el arte siempre han jugado un papel importantísimo, pero cada día se viven tiempos más difíciles y cada día pudiéramos decir que la política o los políticos le hacen menos caso a la cultura.
Cada día leemos la prensa y vemos que cada día mueren más personas por asaltos, por asesinatos, por robos a mano armada, cada día hay más armas en la calle, entonces yo pregunto…
Si los políticos invirtieran más dinero en el arte, en el desarrollo del nivel cultural de la sociedad, a mí me parece que hubiera cada día más personas bailando en la calle, existieran más personas estudiando en escuelas de arte, ocupando su tiempo, estudiando música o artes escénicas o danza en vez de estar drogándose en una esquina, si emplearan más dinero en crear más escuelas de arte, existirían más personas con guitarras y trompetas en la mano y no con armas.
Si eso no sucede es porque algo no está funcionando y no es el arte y no es la cultura, son los políticos.
Y para ir concluyendo. ¿Hablando de su experiencia de vivir en Cuba y estar aquí en la Zona Sur, en Pérez Zeledón, qué vio usted diferente? ¿Y qué le gustaría destacar?
Tuve la posibilidad de asistir a unos ensayos con la Orquesta Sinfónica y ahí compartí con algunos jóvenes que integran la Sinfónica. Son los jóvenes muy talentosos que “tienen la madera”, como decimos en Cuba, son bien abnegados a lo que les gusta.
Pero también conocí a aquellos que no gozan del apoyo de que deberían gozar, es decir, sí se cuenta con un apoyo, pero es el mínimo, mientras que deberían de tener un poco más de apoyo de las autoridades.
En Cuba sí se ha dado el trabajo de desarrollar el arte, porque es una de las caretas que puede usar la dictadura para disfrazarse o esconderse ante la opinión pública internacional. Dicen que los cubanos son muy buenos músicos, que son muy buenos bailarines, o hablan de la medicina cubana o la educación, pero estas son las máscaras que crea la dictadura para engañar la opinión pública. No obstante, siempre vas a llegar hasta donde permite el régimen, más allá no te vas a poder ir.
Entonces, cabe resaltar que el artista tico puede expresarse libremente, puede expresar su obra sin censura, para que trascienda fuera de las fronteras.
Creo que lo perfecto sería que se lograra fusionar ambas doctrinas. Lo poquito que he compartido acá con algunos que otros artistas ha sido maravilloso, ya que conocí nuevas maneras y escuche obras nuevas, por lo que estoy muy agradecido.